![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpSZRBNCAn_KZWsGckXT3ze17srB4qUU2SjvldRuL1QPvoGRFMVc3oDFsYvUe6yatWRG5LM-fCcKDQzsUuXjEKUsMauHX0uubLIBsaLN0i2-PPf0L2HyCLKbltilAxkaBz5kJmNjIKyP28/s320/3Salvador-Dali-Crucifixion-Hypercubic-Body.jpg)
Voces, cruces, como grandes mundos de madera, con hombres clavados en la espina, en sus extremos lastimados, siguen repitiéndose los ecos moribundos, vagos y allí dentro, en su plenitud, efigie de líquidos, océano de benditos, las páginas completas, flotan dolientes, sufren la verdad y la plaga zambulle cualquier pequeño pasito, desvaída la huella del confesionario celeste, perplejo el viaje, las manos de encapuchados y divanes griegos, suman el regreso a nuestra fuga, combinadas las lenguas, retorcidas en choque y bajo la dimensión relacional, convencida del teorema, el miedo relevante de este campo clásico, diseñado para germinar la vida, hunde y eleva el fracaso etéreo.
El eje cíclico, eleva y hunde, el fracaso eterno.
Autor: Daniel Rojas Pachas.
Poeta+arica, poesía+ariqueña, escritor, Daniel+Rojas+Pachas, carrollera, música+histórica, Daniel+Rojas, escritor+ariqueño, escritor+chileno, poeta+chileno
1 comentario:
Ese sentimiento de verte envuelto en la ciudad, una ciudad áspera y amarga donde no se comprende nada, pero se entiende todo, porque sabemos que el mundo es así y que dolor verdad, sin embargo en tus palabras es algo tan hermoso.
Publicar un comentario