Lo primero que conocimos de ti fue tu rol como editor. Nos
gustaría que nos cuentes que es Cinosargo, como nació. Y en definitiva cuál es
el espíritu, si lo hay, de este proyecto.
Cinosargo
es un proyecto multimedia que nació el 2003 a falta de otros espacios en Arica
y el norte que permitieran la comunicación de nuestras ciudades con el centro
sur y otros países, en primer lugar los vecinos, Perú, Bolivia y porque no más
lejanos Centro América, México, Cuba, Europa. Para eso comenzamos con libros
digitales y una plataforma que aún se mantiene www.cinosargo.cl
Ahí
comenzó a forjarse un nombre y trayectoria cuyo alcance todavía me sorprende
pues al estar en La Habana y toparme con algún escritor de la zona o de
Guatemala o El Salvador se acercan y me dicen, gracias por publicarme o reseñar
mi libro.
En fin,
no fue hasta el 2010 con mucha experiencia a cuestas, debido a la organización
de encuentros, coloquios, congresos, abocado a la tarea de generar un cuerpo
crítico y un rescate de voces del norte, clásicos perdidos y autores de los
ochenta y noventa que no pudieron publicar o que lo hicieron de forma tardía por
habitar la provincia extrema, que decidí dar un salto al formato impreso. A la
fecha esa aventura se traduce en 54 títulos publicados, colecciones de poesía,
ensayo, comic, narrativa y traducción, más de una docena de autores
Latinoamericanas junto a escritores de todo Chile, no sólo del norte sino
también el sur extremo y Santiago, presencia en ferias nacionales e
internacionales y una Asociación de Editores de Frontera que está
cohesionándose y creciendo con rapidez para abarcar más territorios.
En resumidas
cuentas Cinosargo ha ido pasando de lo virtual a lo material, cuando muchos
pensarían que en estos tiempos el movimiento debiera ser al revés, pues no,
para nosotros se trata de ir generando desde la autogestión, la infraestructura
cultural que no tenemos por la miopía de las instituciones del gobierno o la
inoperancia de los funcionarios de cultura. Crear desde cero los espacios que
por largo tiempo se han concentrado en las grandes ciudades de Chile o en
Santiago. En resumidas cuentas creamos estas plataformas y dispositivos para
enfrentar la precariedad cultural. Arica hasta hoy no tiene un centro cultural,
ni medios de prensa especializados, pero si tiene una editorial con proyección
latinoamericana, generamos talleres de edición y literatura y nos tomamos
espacios virtuales y en papel para lograr proyectar a nuevos autores o vincular
proyectos similares al nuestro que crecen día a día en muchas de los países que
hemos recorrido.
Respecto
a la ciudad que habito y de la cual me hago responsable, en términos de aportar
a la formación de una comunidad más crítica y reflexiva, tenemos a la fecha una
nueva generación de autores que están proyectándose lejos de Arica con mucha
aceptación, logramos que nuestros poetas y narradores sean antologados, tengan visibilidad
y haciendo un catastro sin ánimo de jactarse, entre Arica y Serena no hay más
movida editorial que la nuestra, en Serena tienen la editorial de la
Universidad y una pujante editorial llamada Desbordes, el resto ya es Santiago,
Valpo y Valdivia, pero nos paramos frente a estos proyectos de la capital o del
Sur en igualdad de condiciones porque nosotros también tenemos nuestro
prestigio y difusión en espacios a los que llegamos por el valor intrínseco de
Cinosargo y la credibilidad que hemos generado.
El resto,
sigue siendo autoedición o el típico llanto en contra de la capital, con esto
no le quiero quitar el mérito a autores muy buenos y dedicados en otras
ciudades extremas o provincias de Chile, pero hay que sincerarse, en muchos
espacios no hay proyectos continuos con una mirada profesional sobre el libro y
la industria. Nuestro espíritu entonces es, no perder la capacidad de
autogestión, seguir con nuestra apuesta territorial, trabajar desde el norte
pero sin una mirada provinciana o folclórica, y apostar por la hibridez, el
riesgo y voces nuevas que tensionen la identidad de la zona y que nos muestran
los lados B de su contexto o que simplemente el vivir en Arica, Putre,
Tocopilla, Antofagasta, Vallenar o Punta Arenas, no sea un impedimento para que
el autor escriba lo que le interese sin tener que afincarse a un molde
localista, los chauvinismos no corren desde nuestra mirada, lo importante es la
buena escritura y la apuesta. No hay nada más hermoso que ver a chicos y chicas
escribiendo por ejemplo sci-fi en el desierto, o replanteándose temáticas que
antes eran chiches patrimoniales y carpetazos a Sernatur.
- Hemos
visto trabajos muy interesantes en tu rol como editor-curador, pienso
concretamente en los especiales de poesía de Revista Cinosargo, y un catálogo
amplio e interesantísimo, ¿nos podrías contar sobre este trabajo de selección y
la construcción de un estilo?
Bueno
como comentaba en el cierre de la primera pregunta, la idea es apostar por lo
híbrido, por nuevas formas de contar una historia, desafiar los moldes que nos
imponen los géneros, ahora no quiero que esto se entienda como una neo-neo
vanguardia o algo por el estilo, o sea tenemos autores sumamente retaguardistas
en la editorial, cuya escritura tiene moldes clásicos, eso también nos
interesa, el tema es que el autor tenga una propuesta, que sea consciente de
los mecanismos literarios que pone en juego para comunicarse, por ejemplo
algunos de nuestros creadores han abordado géneros que en Chile estaban
perdidos, el terror y el gore, ahí tienes a Pablo Espinoza de Arica y Aldo
Astete de Chiloe, este último ahora dirige un proyecto sumamente interesante
dedicado a editar Fantasía en sus múltiples formas, el proyecto se llama
Austrobórea, y es un proyecto hermano a Cinosargo, por tanto ser parte de esta
generación prolífica y que quiere dejar atrás patrones y moldes de galleta es
lo que nos motiva. Muchos de nuestros escritores van generando nuevas formas de
entender o aproximarse a la literatura, esto refresca el panorama, pues tenemos
autores escribiendo sobre el videojuego (Renato Contreras) o buscando nuevos
encuadres a temas fundacionales como la Guerra del Pacífico. Víctor Munita en
su obra En Guerra con Chile, un texto ambicioso y arriesgado que conjuga poesía
visual y un espíritu lúdico como el de Juan Luis Martínez, da una nueva lectura
al tema de los migrantes Chinos, la población Boliviana, Peruana y Chilena
enfrentada, sobre todo las mujeres y su papel en el conflicto, la tarea del
poeta es tensionar las condiciones
limítrofes e interculturales del norte grande por medio de la poesía. En
resumidas cuentas, son libros que nos interesan como lectores en primera
instancia, y al hacerlos públicos queremos compartir esa pasión o placer que
nos produjo el texto con los camaradas lectores, o sea replantearnos no sólo el
norte sino una forma de pensar el arte y la cultura, por tanto crear un
catálogo es crear una forma de entender lo literario como un gran libro con
diversos capítulos. Tratamos de ser lo más coherente que se puede con esa
visión limítrofe y exploratoria, creo que hasta ahora lo hemos conseguido.
- Muchas de
las obras que has publicado están en una especie de limite (los géneros se
confunden, es literatura que juega con el horror, con la violencia pero también
con una fuerte carga de lecturas previas, se cruzan las lenguas, las
nacionalidades). De alguna forma me recuerda esta imagen de Álvaro Bisama sobre
chicos escribiendo letras de death metal, leyendo el Necronomicon en inglés y
sin saber inglés. Incluso pienso en la situación geográfica del proyecto que
reflejas tú mismo en textos como “combo breaker!!!” . Todo esto nos ha hecho
pensar en la idea de literatura de frontera. ¿Qué te parece esta categoría?
Sin duda
la frontera como territorio físico, lingüístico y de tráfico no sólo de especies
ilícitas sino también de contenidos, lecturas y libros, me resulta
tremendamente familiar, no sólo por habitar desde hace veinte años con
desfachatez una frontera tripartita con mucha población flotante, sino porque
llegado un punto, uno cae en cuenta que forma parte de esa categoría de sujeto
trashumante y nómade que cruza la frontera interdiario, en mi caso para ver
asuntos de imprenta. La naturaleza y contexto de producción de Cinosargo ediciones,
también comparten esa condición apátrida y por extensión mis autores, sus libros
de un modo u otro son matute y tensionan los mecanismos de aduana, el cobro de
impuestos, la crítica literaria que ejerce un agente del estado que tiene como
labor evitar la entrada al país de ciertos productos.
Todo es muy extremo, no es como imprimir en
Dimacofi en cierta comuna, tomar un taxi o el metro, retirar los libros y
llevarlos a la feria independiente que armas junto a veinte editoriales más,
acá hablamos de escases, economías de guerra, y no hay caudillismo o
martirización, es un oficio y así como yo, están los que trafican pantalones o
remedios, cigarros o películas pirata, todo eso es poetizable, un estudiante de
la Chile o un pendejo escribiendo en su blog crítica literaria desde
Providencia no tiene puta idea de que es lo que se vive en zonas de peligro, el
otro día leí una crítica media mal intencionada a mi libro Random (uno no tiene
por qué gustarle a todo el mundo), lo que más me apestó fue el comentario que a
la crítica hizo un loco editor de Santiago que tiro mala onda de forma
gratuita, la violencia y mala leche de los editores no tiene límite, al final
te descoloca el asunto, porque con ese loco hemos compartido mesas y siempre ha
sido maricón sonriente con uno, ahí pienso, estos tipos no cachan nada de
edición, publican sandías caladas, editan clásicos que puedes conseguir con
mejor calidad en cualquier libro de viejos y vienen a vender que son el canon,
editores de mentira, puros voladores, cuando en realidad uno está en otra
parada, una parada que es una ensalada de frutas exóticas y por eso lo creen
mera ficcionalización o una pomada que se vende para darle peso al norte, algo
que para muchos solo llega hasta Serena.
Al final
esta realidad se te mete en los poros como el olor a Chifa, tienes que hacerte
cargo de una comunidad tan rica en condimentos como la comida Peruana, y en ese
devenir, las formas implosivas de violencia que uno ve en un terminal, la
lógica de las pasadoras, de los vendedores ambulantes, los bricheros, la mafia
de los choferes y el turista gringo o europeo en su viaje burgués de
iluminación a Oruro o Machu Picchu que no dista mucho del viaje clasista del
Chileno promedio, concretando esa especie de idilio pachamamico controlado y
seguro, como la atracción que prometía Jurassic Park, es algo a lo que me sumo,
interculturalidad e intermedialidad 24/7.
Voy a
cerrar mi respuesta en relación a lo de Bisama y mis libros y su naturaleza
andrógina, aludiendo a los documentos de migración, que son en sí mismos un
dispositivo de control pero también un cúmulo de léxicos y un instrumento u
artefacto a reconstruir, es el juego de roles o rpg máximo, quien ha jugado la
llamada Cthulhu o Calabozos y Dragones conoce las fichas de personajes, una
tarjeta indiana es lo mismo, es tu pase a otra dimensión.
- Siguiendo
con esta última idea, referido a lo regional-sudamericano: los que te hemos
seguido en internet estamos al tanto de un fuerte intercambio que tienes con
escritores de Perú y Bolivia, cuéntanos
como nace y desarrolla esta experiencia
Bueno
para mí habitar Latinoamérica como un gran todo cortado por fronteras
artificiales ha sido parte de mi crecimiento, mi padre es Chileno, mi padre
Peruana, mis hermanos de Colombia y mi familia vivió largos años en esos tres
países y Argentina así que entenderás hay
un fuerte desarraigo hacia una condición patria específica, nunca fuimos
amigos de los chauvinismos, de modo que eso se traspasa a mi escritura y la
noción que tengo en cuanto a gestión cultural y los pasos a seguir con la
editorial que es mi principal proyecto literario fuera de mi escritura, la cual
como te respondí, tiene a su vez mucho de nómade y de puntos de encuentro en
zonas opacas de la identidad, esos espacios de confluencia en que se difumina
la noción de pertenencia y todos somos metecos de algún modo, migrantes
perpetuos.
Mis
relaciones con estos países además de habitar una frontera tripartita se
extienden ahora a la familia que he formado, mi esposa es Peruana, yo tengo una
doble nacionalidad y mi hija es Chilena, para nosotros movernos y generar un
núcleo de intercambio literario y de diálogo con Bolivia y el Sur del Perú,
Lima, incluso Trujillo o la Selva que es más lejos, parece la decisión más
natural, no sólo por lo geográfico sino porque es la manera de hacer frente al
peor de los encierros y provincianismos, la estrechez mental de no reconocerte
en el otro y entender que un lugar como Arica más que una ciudad de paso es un
corredor en el cual puedes hacer circular bibliografías magníficas y conocer de
primera mano proyectos muy interesantes como el de Churata por ejemplo y toda
la movida de escritores como Vizcarra, Jaime Saenz, Arturo Borda, de Perú
Vladimir Herrera y así, uno podría estar todo el día citando, y no hablo sólo
de los clásicos, sino también autores contemporáneos a los cuales entendemos
como nuestros pares, a veces mucho más que con los autores de Santiago o
Valparaíso. Nuestro objetivo con la editorial es ser un proyecto multimedia y
transfronterizo, generar un nuevo núcleo e invertir los mapas, pensar este como
un gran centro en que confluye el continente, y sacarse de la cabeza las
grandes urbes como el molde de nuestro
pensamiento o la meca para poder ser reconocidos, es obvio que la
infraestructura cultural en ciudades como Santiago, Lima, Buenos Aires supera
por años luz lo que sería Arica, Iquique, Tacna, Cochabamba, Arequipa, pero si
pensamos todas estas ciudades como una sola ruta en que median tan sólo unas horas
de bus, tienes un conglomerado de colegas y lectores que supera a la
Metropolitana y todas sus comunas dispersas.
- Nos
gustaría hablar un poco de tu obra, puntualmente de tu libro Carne. Un libro
donde hay mucho cuerpos (en todos los sentidos de la palabra) y con un clima de
desolación (creo que está muy logrado en un texto como “estoy rodeado por hijos
de puta” ). Y sobre todo violencia. Carne es un libro sobre la violencia. Qué
rol cumple la violencia en esta región literaria que abres. Y de la mano de
esto se abren otra pregunta: que rol cumple esta violencia en una la
regionalidad de escritura nortina y en la región de frontera con Perú y
Bolivia.
Las
fronteras son como dice Tomas Harris “Zonas de peligro”, o sea vives en una
región en la que desde pequeño te dicen vendrá un cataclismo de nueve grados
que borrará todo lo que amas y conoces, luego sabes que estás en medio de un
espacio de conflicto, cada cierto tiempo algún general idiota de cualquiera de
los países se larga con una marcha o declaración que aviva los fuegos y el
sublime deseo de un extenso de la población por ver sangre y la reafirmación de
la soberanía que les da identidad, tienes una parte de la población contaminada
por plomo y el agua con exceso de boro y arsénico producto de la minería, o
sea, como no pensar entonces en un tercer impacto en el desierto tipo
Evangelion, una realidad tipo Mad Max, Mutantes como los de Alex de la Iglesia
o el vengador tóxico, Perdita Durango, Queens of the Stone Age, Orange Gobling,
Desert Sessions y el Dr StrangeLove, sé que los referentes se alejan de Sabella
y compañía, pero hay que decirlo, nuestros moldes y educación sentimental son
otros, y la violencia en el norte es ambigua, tienes la brutalidad del facho
milico que va comprar una polera de Burzum o Death y te dice, yo escucho
Cannibal Corpse y me imagino volando peruanos en mil pedazos, un argumento como
de piloto gringo de la Guerra del Golfo que se jactaba de bombardear Medio
Oriente escuchando Van Halen, por otro lado tienes la violencia implosiva del
que te recibe y cumple tus vicios, te vende droga, medicinas, turismo sexual,
como lo que pasa entre Tijuana y San Diego, eso mismo ocurre entre Tacna y
Arica, que no les quepa duda a los chilenos prepotentes, cuantos líquidos y
excresencias han comido junto a su pollo a las brasas o ceviche. Todo esto me
devuelve a la violencia cotidiana, la casera que es insultada por un
funcionario del SAG o Aduana que le dice, agradece que te dejamos entrar a
nuestro país, los colombianos que son rechazados con una mueca de superioridad
por parte del agente de migraciones. Creo que la literatura actual de la
frontera, la mía, la de pares como Podestá, Pato Jara, Bañados, Bardi, Gatica,
Olcay, Contreras D, Martínez Trabucco, Munita, se está haciendo cargo de un
mundo que no es una postal turística, o la majestuosidad del cactus y la
Yareta. Lo que se viene estoy seguro es un híbrido más complejo que va más allá
de la chicha, la cumbia y ese espacio a lo serie B, donde puedes orquestar un
Spaghetti Western o una Road Movie, los migrantes centroamericanos generarán
otra literatura, también los Aymara que en un punto tendrán que dejar la clave
Conadi y las reivindicaciones, porque eso es otro tipo de Sernatur o chiche
patrimonial que está en franca decadencia, al menos para quienes entendemos que
el arte está lejos de ser un artesano que trafica folclore y pachamamismo.
- Carne es
una obra fuertemente intertextual (ya desde el titulo), en dialogo con el cine,
la televisión, todo tipo de consumos culturales. Estas en medio de una serie de
flujos textuales que van dejando marcas y huellas en la obra…
Esto lo
respondí en otra entrevista que me hicieron a propósito de Random, creo que la
mejor forma de abordar una reflexión en torno a un libro como Carne que se construye
de retazos y fragmentos a la manera de un bricolaje es con una cita y fragmento
cercenado de otra totalidad:
Siempre he pensado en mí lector como un fan, yo
mismo soy un fan, de Alan Moore por ejemplo o de Reinaldo Arenas, son autores a
los que siempre vuelvo cuando hablo con un amigo de literatura o pongo un
ejemplo en una de mis clases, claramente cuando escribo también vienen a mí mis
gustos y obsesiones, no es secreto que tengo una colección de figuras de Marvel
y Final Fantasy de más de 1000 figuras. Por tanto, a la par de mi mundo como
padre, escritor, editor y lector hay un mundo de ñoño que va a ferias de las
pulgas, compra y encarga figuras por Ebay y más delirante aún, le dedica
espacios en una repisa como también lo hacemos los escritores con los doctos
tomos, y en ambas veredas tengo amigos requemados, ya sea con la idea de ser un
poeta consagrado o hipotecar la vida por su escritura, como gente que me es
afín y raya con los juegos de rol o los comics de superhéroes, gente que lee
mucho también pero no necesariamente lo mismo que yo sino best sellers de
fantasía, sin embargo respeto ese mundo y sus códigos, pero también no puedo
negar que me entrega material a parodiar o para generar una reflexión, o sea
por ejemplo, qué diferencia hay entre un ñoño sobreintelectualizado y
literatoso que va a congresos que duran una semana y se mama días enteros de
ponencias con un fan que va a la comicon y hace cosplay. Hay poetas por ahí con
zapatos de charol, gabardina, boina y bigotes ridículos, o sea para mí son la
misma mierda y bien puedo compartir mesa y charlar con un loc@ tirando frases
de Marv de Sin City u otro haciendo mixes de poemas de Pablo de Rokha en medio
de su curadera. Tampoco creo que sean cosas que se excluyan, claro los
fundamentalismos siempre son detestables y en momentos random de SOMA, Carne
como en Random, juego con esa delgada línea, y no soy el primero en todo caso,
Umberto Eco es un declarado fan de Bond y mucha gente del Oulipo eran unos
tremendos ñoños, Jodorowsky es antes que un buen poeta o narrador, (la verdad
es muy malo en eso), un gran director de cine y un maestro en los guiones de comic,
lean los Metabarones y por último Bolaño que satiriza a los críticos en 2666,
era un coleccionista de piezas tipo Warhammer. Es lo que somos y no hay más
misterio que eso y si uno no puede burlarse de lo que es o le rodea, cómo
sobreviviríamos al colegio y luego al tedio diario de ser adultos.
- Estoy
pensando en un texto de Barthes sobre Sade, y en la figura del libertino como
una figura epigonal del orden. Tus textos, donde abundan las violencias (pienso
en los primeros textos de Carne), pero también el horror gore que has
publicado, plantean una especie de anti-libertino: espacios de pura
interioridad, que requieren subvertir el orden para escapar de una monotonía
agobiante. De alguna forma una violencia que parodia la violencia, un horror
que parodia el horror, para recuperarlo como interioridad (vuelvo a pensar en
tu texto “estoy rodeado por hijos de puta” )... hablemos del horror: ¿Dónde
está?
El horror
que mi obra aborda es por lo general el cotidiano, el que te sorprende porque
llega desde el personaje más inesperado e inofensivo y en una situación común y
ordinaria que termina por develar la oscuridad, enrarecer la atmósfera y
desnudar lo turbio, gratuito y absurdo. El destacado escritor Oswaldo Reynoso,
cuando presentó Random, destacó eso, algo que yo también tenía patente, la
gratuidad de la violencia que observas en un chofer de colectivo, una dueña de casa, un
estudiante implosivo que desata su día de furia o personal Columbine. En carne,
está el padre paseando con su hija en Halloween o la parodia de 21 de mayo, esa
mala copia de Paseo Ahumada que siempre me ha generado nausea y en ocasiones he
pensado, como no tener los poderes de Magneto de los Xmen y hacer mierda Din
esta navidad de una vez por todas, también el tipo de la tienda de poleras
metal, lo cual tristemente, es autobiográfico. Debo confesarlo, además soy un
explotador de vivencias extrañas que me ocurren todo el tiempo, quizá soy
demasiado vouyerista o un muy buen mentiroso, en concreto, muchos de los
monstruos incestuosos, homofóbicos, misóginos, poetas malditos, profesores
frustrados que forman mi galería de infamias, tienen matices de amigos,
vecinos, gente que me topo de manera aleatoria en la calle. Sin exagerar el
otro día cuando regresábamos de una actividad de Red Cultura en Copiapó a la
que nos llevaron en bus desde Arica para representar distintas artes, fui
testigo de cómo cuatro funcionarios de turbus luchaban con una mujer con
muletas y le retenían la maleta, esto fue en el terminal de Iquique de
madrugada, a esa hora en que no sabes bien si estás despierto o dormido, con
esa sensación claustrofóbica de un bus, hace poco también, en un paro de
aduanas, vi como una madre que alegaba por el sol que hacía y la fila de dos
mil personas, estilo Walking Dead arengó a golpear y sobrepasar al único
carabinero que custodiaba el paso de Chacalluta, la marcha de zombies avanzó
aplastando al carabinero y pasaron la frontera sin controlarse, ese tipo de
explosiones de violencia, de instinto desatado es el que me interesa, ver los
rostros deformes y grotescos, el esperpento y lo Goyesco en gente común, la
maldad que todos anidamos y cuan hijos de puta podemos ser con el otro. Bueno
he trabajado eso de distintas formas y con múltiples ángulos en poesía y
narrativa, también en el ensayo analizando a Lihn, Arenas, Alan Moore,
Pasolini, Burroughs y otros, no es lo único sobre lo que escribo, pero es
cierto que mi filiación con el mal y la literatura es fuerte, y no me interesa
tanto el mal que engendra un gobierno en una guerra o la decisión de un
político al aprobar una termoeléctrica, como ciudadano desde luego que sí, pero
como artista, me importan más las intrahistorias, cómo esas decisiones globales
terminan cagándole el día a alguien que toma atrasada la micro o el colectivo y
cómo eso se traduce en una puteada gratuita o la vileza claustrofóbica que nos
encierra en relaciones en la que somos como caninas en un bowl impactándonos
contra las paredes y nosotros mismos producto de la inercia.
-
Realizaste una traducción de Morgue, un libro central de G. Benn y del expresionismo alemán en su
conjunto, cuéntanos como llegas a Benn y como fue esta experiencia de
traducción.
Fue
importante porque proyectos como este, traducir a un poeta alemán o inglés como
lo que estoy haciendo ahora con Carroll o abordar una investigación académica,
tienden a confluir con mi propia obra. Trabajé a Benn en el mismo lapso que
concluía Carne y una pequeña novela que tengo llamada Tremor, entonces era
imposible no refrendar mi visión sobre la literatura y el mal, la escatología y
nutrirme con la voz del autor y al mismo tiempo yo condicionar mi versión de
Morgue. Llegué a Benn por una cita en un libro de Martín Cerda, lo conocí
primero como ensayista y luego como poeta, más tarde caí en cuenta que había
leído textos de él, que incluso aparece citado en muchos trabajos que fueron
parte de mi bibliografía, sólo que entre tanto nombre y referencia uno lo pasa
por alto, quizá también porque las noticias de Benn, debido a su satanización,
son escasas y quedan relegadas a lectores más obsesos. Inicié la traducción a
fines del 2010 porque la lectura de la traducción más difundida de Morgue, la
de Verónica Jaffe no me complacía. En ciertas partes escamoteaba elementos que
son esenciales como el nombre de las flores, llevándolas a un plano muy genérico,
clavel por ejemplo, lo cual violenta el contraste entre belleza y muerte que
para el imaginario y la visión poética de Benn es ineludible. Basta con pensar
en la juventud y las ratas, el cadáver de la niña y a la vez las crías de
roedores anidando en el cuerpo lacerado. Las ratas pese a que las veamos como
plagas, son un ser que al igual que las cucarachas u otras alimañas, detentan en
su composición a la manera de Benn cierta majestuosidad y la forma en que son
ajusticiadas por los que encuentran el cuerpo de la menor, son un recordatorio
de que sólo somos carne, materia prima en descomposición si reducimos todas la
trascendencias u homologamos nuestra naturaleza animal e instintiva con las de
especies que consideramos inferiores. Benn explora esos anversos, creo que fue
un trabajo importante a nivel personal, también porque el libro es una especie
de puente con mucha de la escritura de devastación que se ha generado en el
norte, la mía y la de otros colegas como Podestá o Ramos Bañados. No quiero
instrumentalizar a Benn como un manifiesto, pero publicarlo explicó a muchos
lectores y también autores jóvenes de la editorial su propia obra, muchos pares
que no conocían el libro comienzan a entender también mejor su filiación con
Pasolini, Sade y otros. Hablamos de un autor de 1912, pero que sigue vigente,
en esa medida se generan vasos comunicantes con lo que está pasando como
atmósfera de creación en el desierto y las fronteras y en términos más
pragmáticos, ya referidos a la edición y puesta en escena del libro, dejamos a
disposición del lector, un libro que Visor u otra editorial vendería a 10000
pesos mínimo a menos de 3000.
Para
cerrar y volver al tema de las ruinas y la devastación y lo importante que es
Benn, cito lo que dijo hace poco Patricia Espinosa. En la narrativa de los últimos
años, el norte chileno se ha ido consolidando como un territorio maldito,
claustrofóbico, irreversiblemente dañado y pervertido. Configurar una geografía
de la ruina, cartografiar los puntos nodales de un proceso de descomposición,
constituye parte de la propuesta escritural que vienen desarrollando Daniel
Rojas Pachas, Patricio Jara, Rodrigo Ramos Bañados, José Miguel Martínez y
Diego Zúñiga. Se trata de autores que no sólo han conseguido sortear esa
estampa del norte pueril elaborada por Rivera Letelier, sino que en lo central
están logrando configurar una literatura sobre el mal experimentado por
ciudades y pueblos que evidencian todas las contradicciones de nuestra
modernidad
- Mirando
tu cv podemos ver que ocupas un lugar en la academia.¿ Podríamos hablar sobre
esto? La vida académica y como se cruza con tu producción literaria. y como se
cruza con el ya viejo e irresuelto problema de la crítica.
Hace poco
en una mesa literaria referida a la producción del norte, dialogamos mucho con
algunos pares sobre los viejos y manidos problemas de lo precario que es la
difusión y sobre todo la continuidad y madurez de infraestructura cultural en
el territorio que comprendemos desde Arica a Atacama, ese diálogo se puede
replicar al centro sur y zona Austral. Considero que la crítica y la academia
es uno de esos espacios a tomarse o recuperar, están secuestrados por viejos
profesores cuyas últimas lecturas parecer haber sido las de pregrado pues es
eso lo que inculcan a futuros profesores de Lenguaje y Literatura que terminan
siendo los principales enemigos de una renovación de la bibliografía y nuevas
miradas para un joven lector que se ve ahogado en ejercicios de pruebas
estándar, comprensión lectora de discursos públicos u obras del siglo de oro,
ninguno de esos lectores con otros estímulos y lógicas de comprensión de la
realidad encuentran la gracia a textos que les son insuflados y se les venden
como clásicos, para ellos son los fetiches de los viejos de mierda y una lata
tremenda. Caso contrario vivimos cuando vamos con autores de la editorial a un
colegio y conversamos con los alumnos, regalamos libros de Cinosargo u otras
editoriales, o en el Tea Party van los poetas a los liceos y universidades, uno
nota el deseo de diálogo, la curiosidad, los alumnos comienzan a compartir su
propia escritura y experiencia con el arte como algo más confesional,
vivencial, vitalista. Es un problema de enfoque y miedo a la diferencia, al
otro que te interpela, es mejor para algunos docentes, el trabajo clínico y la
distancia que marca el poder.
En la U,
parece que los académicos la última vez que salieron a la calle fue en los sesenta y le tienen
miedo a la versión actual de Chile, por eso profesores de Literatura y
Lingüística declaran que hemos caído en una barbarie del lenguaje o que se
viene el fin de los tiempos pues hemos sido conquistados por internet, el
lenguaje del chat o las redes sociales que son una ventana descarnada a la
privacidad, ese tipo de juicios me hacen pensar en los primeros espectadores
del cine que saltaban lejos de la pantalla al ver un tren irse en contra de la
sala.
El otro drama
es que estamos entre la espectacularización de la cultura, en que metes al
mismo saco a los artesanos, los huasos, las batucadas, los chinchineros, la gente
de los realitys con sus libros autobiográficos y la literatura, eso es lo que
cubre la prensa, sobre todo en regiones en que no tienes en los diarios de
provincia una página de cultura sino Estrellas o Espectáculos, y en cuanto a la
academia anquilosados franciscanos, que declaran que están leyendo a Parra y
que han descubierto la nueva poesía. Hace unos años en un seminario del
Magister, un Doctor de la Universidad de la Frontera que nos dictó una charla
magistral sobre poesía Chilena, dijo acabo de leer a Juan Luis Martínez, ha
cambiado mucho la poesía chicos les aviso, y luego remató el otro día estuvo en
nuestra universidad en un recital una poeta, Paula Ilabaca que hizo una
performance con Perlas, no entiendo nada- o sea sólo pude matarme de la risa,
La nueva novela es mortal pero ha pasado mucha agua bajo el puente, y con Paula
estamos ambos editados en México y hemos leído juntos, y ella junto con muchos
otros, están en contacto con sus lectores, lo sé porque la editamos en
Cinosargo, pero la academia es un chiste, una logia que se topa cada cierto
rato en congresos vinosos. En definitiva, la prensa cultural en medios
oficiales o alternativos, los paper ISI y toda esa parafernalia, deben ser
parte de un corpus a renovar, sacar un poco el molde de citas y jugar con el
ensayo como género, a la manera de Lukács y Benjamin, es un espacio a
bombardear y en lo más íntimo material de parodia, como ir a la comicon y ver
en algunos casos, mucha soledad, desesperación y deseos de figuración mal
enfocados.
- La pregunta de rigor (mortis): ¿nos
podrías dar tu impresión general de la literatura chilena?
La
literatura Chilena siempre guarda sorpresas, secretos muy bien guardados, y lo
cierto es que no se trata de los autores más mainstream o los que aparecen en
las revistas de Lan como recomendados cuando tomas un vuelo internacional. Me
gusta lo que se está haciendo en los extremos, creo que por primera vez en
mucho tiempo uno puede ver calidad tanto en el extremo sur como el norte, tanto
en poesía como en narrativa y reconocer a pares que están moldeando la
educación sentimental de muchos lectores a futuro, lo de Rodrigo Ramos Bañados
en Namazu o la reedición de su novela sobre Alto Hospicio me parece genial,
también Ejercicios de Encuadre de Carlos Araya Díaz, él es director de Cine y
escritor, de Calama pero vive hace mucho en Santiago y su novela es toda una
revelación, bueno está también lo de Cristian Navarro Geisse que es un autor
que apuesta por hacer novelas como falsas antologías y que por lo demás es un
eximio lector e investigador de la obra de Alcalde, su libro Los Hijos suicidas
de Gabriela Mistral, es una tremenda novela, Matías Celedón me gusta mucho,
Nona Fernández y en la difusión de estos autores importa bastante el trabajo de
curaduría y de apuesta que hacen las editoriales independientes desde
Inubicalistas, Perro de Puerto, Narrativa Punto Aparte y Emergencia Narrativa
en Valpo, Cuneta, Alquimia, Ajiaco en Santiago, nosotros en el norte. Creo que
hay un excelente nivel de escritura, hay libros geniales dando vuelta, con
valores muy accesibles para el lector, muchos de estos textos no superan los
cinco mil pesos, el tema es lograr que el lector deje de ser víctima de los
medios, salga del bombardeo de información y publicaciones evento, como el
libro de la Doctora Cordero o el amarillismo al uso que promueven espacios como
la FILSA, (sitio en el que igual estamos como editorial, pero que uno evalúa
negativamente en relación a espacios menos herméticos como La Primavera, la
Furia del libro o las ferias de provincias). El desafío es conseguir que el
lector escape de las recomendaciones de lectura de los canales abiertos, pues hay
propuestas, hay obras excelentes circulando en todo Chile, sin embargo, tenemos
un consumidor poco reflexivo que llega preguntando por lo que le han dicho es
bueno, demasiado sobreexcitado por los colores y las cortinas de humo como para
poder ver con mayor agudeza y precisión lo que les rodea.
- Cuáles
son tus próximos proyectos, ya sea personales o editoriales.
Estoy
trabajando una nueva novela, con mucha calma, se llama VideoKill the Radio
Star, la verdad me estoy tomando mi tiempo con este proyecto, en poesía tengo
algo más o menos listo desde hace un año y medio, se llama Por Angas o por
Mangas, textos de este libro han sido seleccionados para una antología que
publicará Visor de España y forman parte de una antología que se ha editado en
Colombia por Omar Garzón, también me lo estoy tomando con relajo, la verdad no
tengo apuro por publicar, eso se va dando sólo o cuando uno ya no puede más con
el texto y este decide partir. En términos de la editorial, tenemos libros
maravillosos para el próximo año, un libro del escritor peruano Alexis
Iparraguirre, la reedición de la trilogía de Puerto Peregrino de Oscar
Barrientos Bradasic, un maestro y colega de Punta Arenas, luego varios
poemarios interesantes, entre estos Volvo de Ignacio Morales, y en traducción
reeditaremos algunos libros que publicamos y se fueron volando como Morgue y
otros poemas de Benn, pero tendremos novedades, una selección de poesía
Brasileña por Leo Lobos, la edición de la poesía completa de Lewis Carroll y
seguir también con la gestión con los talleres de edición en el norte y madurar
el Tea Party que es el encuentro de poesía Latinoamericana en la Frontera que
ahora entrará a su Cuarta Versión.
- Nos
gustaría que nomines a escritores para las próximas entrevistas (quienes y
porque)
Jorge
Castillo de Lima, es parte del comité editorial de la revista Literatura
Mutantres y dirige junto con otros colegas de Lima el sello CaCa, me parece que
su propuesta estética es muy similar a Cinosargo en el sentido de explorar los
géneros e hibridar temáticas ya recontra contadas en la literatura pero que su
prosa refresca por medio de nuevas estructuras como el SandBox, acaba de
publicar un libro de crónicas muy interesante que coquetea con Burroughs y
Miller pero que además en su lectura uno tiende a recordar los periplos de
Hombres del Sur de Manuel Rojas. Además me encanta esa autogestión que tienen
como sello y el que su revista y sus ediciones no estén a la venta sino como
trueque, creo que esas apuestas ponen en entredicho modelos de producción de
editoriales independientes que de a poco se han ido volviendo lo mismo contra
lo que lucharon en un principio.
Finalmente
Daniel Olcay Jeneral. Es un poeta joven Ariqueño, que participó en talleres de
Cinosargo, editó con nosotros un primer libro bien CyberPunk llamado AsFalto_
el libro además coquetea con cierta escritura nacional que ingresa el discurso
massmedia, pop o la hipertextualidad, como Vírgenes del Sol Inn cabaret de
Alexis Figueroa o lo que hace Paulo de Jolly o Diego Maqueira, bueno Daniel
Olcay ha comenzado a publicar en otros medios, lo han antologado en libros como
Halo poesía de los 90 editado por JC Saenz y de cuya edición es responsable
Héctor Hernández. Los textos de Olcay aparecen hoy en numerosas revistas, en la
reciente FILSA me topé con varios medios en los que aparecen sus escritos,
entonces creo que es valioso reconocer como un autor al cual uno conoció en sus
primeros pasos, ya transita solo y con seguridad dando a conocer su arte más
allá de las fronteras de lo que puede ser Arica y los espacios que hemos creado
como editorial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario