Crónica de una accidentada importación de libros.
Por DanielRojas Pachas
Con motivo de la FILZIC 2013 (Feria del libro de Antofagasta), la editorial del escritor peruano Javier Arevalo, “Recreo”, concertó una serie de presentaciones en la ciudad del norte y la implementación de un stand que contaría con las ediciones de su proyecto Yo Leo, textos de Literatura Infantil, clásicos universales y libros de la editorial Altazor.
A fin de llenar el stand como corresponde, había que cumplir con la tarea de trasladar cerca de 500 libros desde Lima, para eso le solicitaron a mi amigo editor de Cuadernos del Sur (Tacna), Willy González,que hiciera el trámite de importación vía Chacalluta, frontera norte de Chile, hasta ahí, todo bien.
Willy viajó el sábado 27 con todos los documentos requeridos, facturas, guías de remisión, la carta de invitación de la Feria del libro de Antofa, el dinero para el pago del IVA y las cinco cajas, además del buen ánimo, todo eso sería derribado al toparse con un agente de aduana que decidió que Willy, por ser peruano no podía hacer el trámite de importación.
De acuerdo a su horario de atención, la oficina de pago de impuestos cierra a las 22:00 horas. Willy ingresó al país a las 19:00 horas aprox, pero bueno, quien desea un sábado hacer su pega y llenar folios, revisar unas guías de despacho y corroborar el contenido de cinco cajas con libros y ver la correspondencia de los paquetes con las guías y facturas, mejor pasar el muerto a otro, devolver a Willy a Tacna y retener los libros hasta el lunes. Allí entro yo en el juego.
El lunes, Willy llega a Arica y me llama para que lo asesoré con un trámite que creía hasta este punto conocer a la perfección, Oh la humanidad!!!, Oh que ingenuo!!!!, aún no había penetrado el primer círculo infernal de la burocracia. Hasta aquel fatídico lunes 29 de abril del 2013 yo me sentía como Harvey Keitel en Pulp Fiction, era el Lobo, y con esa actitud llegué a las dependencias de aduana en Arica, nos pusimos a la cola, pero eran las diez de la mañana, y el trámite de reclamación de mercadería incautada sólo se realiza de 8:30 a 9:30. Willy no pudo llegar antes por confusiones con el cambio de uso horario del país, sin embargo, considerando la duración de la Feria (cierre del evento 5 de mayo) y la importancia de hacer llegar los libros a tiempo, un agente de aduana con consciencia lectora nos remitió a uno de sus superiores para ver la posibilidad de agilizar el trámite y sacarlo ese día. Esperamos cuatro horas por una respuesta, el superior nos dijo finalmente. -siguen acá, vengan mañana, hoy no sale esto ni loco, además el socio acá por ser peruano no puede hacer el pago y reclamación, vayan a notaria a que te dé un poder para que tu Rojas Pachas seas el encargado de la suerte de los libros retenidos. Eso es todo, y buena suerte.
Siguiendo las directrices del aduanero, tuvimos que hacer el trámite en la notaría de turno y sumar un día más de retraso, no queríamos ni imaginar la cara de Arevalo y compañía, a esta altura ya era algo personal, además ese mismo lunes yo tenía que nacionalizar 300 libros de un escritor de Calama, sabía que en la tarde me toparía con la mitad de los agentes que nos pasearon toda la mañana. Volví con Willy a Tacna, él iba derrotado, yo ese día tenía una misión por cumplir... el parangón era inevitable,yo llegué a las 20:00 horas a la oficina de aduana de Chacalluta y a las 21:00 ya estaba en mi casa con los libros, no quiero ser paranoico, pero no es acaso lo mismo que debió pasar con Willy el sábado recién pasado... en fin, teníamos la confianza de que mañana lograríamos sacar los libros de Arevalo y cerrar este triste capítulo.
Martes, 8:00 am, llegamos con Willy y otro amigo escritor a las faldas del morro, donde simbólicamente se encuentra la oficina de Aduana. Nos ponemos en fila y entregamos al agente los papeles como corresponde, este nos manda a sentar, dice que él nos llamará cuando tenga tiempo porque debe sumar los valores de las guías y de ahí sacar los porcentajes del DIPS a pagar... a las 9:40 nos llama a su cubículo y nos dice vuelvan a las 13:00 horas a buscar el valor a pagar, pero no se guarda su tonada de inspector de colegio, nos increpa y agrega que tenemos que aprender a leer, que pusimos mal una fecha en su formulario que parece una ficha de provisiones de la revolución rusa. Nos tragamos el orgullo por enésima vez y le pedimos la información necesaria para hacer el pago - reitera, vuelvan a las 13:00 horas, ahí tendrán el monto y luego van a cualquier banco comercial a pagar, luego yo ya no tengo nada que ver con este asunto.
Nos retiramos a hacer otros trámites, a las 13:00 horas como prometió nos tiene el monto, cien mil pesos que acompaña con una advertencia desoladora - ojo, les recomiendo pregunten en bodega, porque es posible que los libros sigan en Chacalluta por su peso. Partimos a Banco Estado, pero previamente hacemos escala en la Bodega de Aduana en Arica, el padre de un amigo poeta que trabaja allí, trata de ser compasivo al decirnos que, efectivamente los libros siguen en la bodega de la frontera (en Chacalluta), jamás los trajeron a la ciudad chicos, lo siento.
Su amabilidad sólo agranda el impacto contra la realidad.
Debido a temas personales, debemos ir a Chacalluta a las 18:00 horas de ese día, tengo ganas de tirar la toalla, maldigo a Willy un tanto, pero luego recapacito, es mi amigo puta madre, hay que sacar adelante esta huea, no nos van a ganar... además, debo ir porque todos los documentos están a mi nombre. Al llegar a Chacalluta vamos directamente a bodega, sentimos que la suerte nos sonreirá, sólo queda mostrar el DIPS con su pago y sacar las cajas, cargar, volver a Arica y embarcar a Willy en un bus a Antofa para que Arevalo tenga sus libros al amanecer del día del trabajador, pero al llegar ala bodega el tipo nos dice, su DIPS tiene aforo físico, acaso no le advirtió el agente que hizo el trámite. A coro respondemos - no!!!
Aforo físico significa que hay que sacar las cajas, abrirlas y corroborar si los libros coinciden con la guía, eso debe hacerlo un agente, yo creo que por la falta de luz de día, hoy no podremos, pero vayan a consultar a O.Q, él les dirá si corre o no el asunto. Al ir a la isla de control, el famoso O.Q nos manda amablemente a la mierda. Resulta que tenemos que volver una vez más derrotados y retornar la mañana del día del trabajador a culminar con el trámite. Por si las dudas pregunto al funcionario de bodega si trabajarán mañana, sólo por si acaso, pues ya no quiero arriesgar posibles excusas y variables. Como una última broma del destino, el tipo de la bodega me dice, aduanas de Chile trabaja todos los días del año por usted... en ese momento quise inmolarme.
De regreso a Arica, volvemos al ritmo de Rossy War y "no soy una loba" de Miriam Cruz y las chicas, el spleen nos inunda. Willy se queda a dormir en mi centro cultural y yo duermo en mi casa, pensando qué nos depara mañana la mano de la burocracia y los gatekeepers del norte. Siento como si fuera un geek que quiere entrar a una fiesta cool y el tipo musculoso de la entrada me dice con sorna, lo siento viejo, no estás en la lista, no eres los suficientemente bakan para ingresar al país con tus libros, que por cierto no son míos ni de Willy, pero bueno, algo nos puso en esta ruta y no pensamos rendirnos.
Hoy, miércoles primero de mayo, viajamos a Chacalluta a primera hora, tras veinte minutos en bus, llegamos al complejo fronterizo y nos dirigimos a la isla de control, allí nos atiende una agente de aduanas que verifica al instante que todos los procesos se han realizado, da la orden de que abran la bodega y se abran las cajas para corroborar el contenido,cuando llegamos a Bodega, el encargado nos recibe con un amable epíteto -ey que hacen acá, quien los dejo pasar... cuando mostramos los papeles, Willy y yo podemos ser atendidos como seres humanos, sacan las cajas, las abren, la agente llega a la bodega, y mueve los libros, los desordena, los inspecciona como si tuviera un lente infrarrojo, supongo es por el pirateo, sin embargo estos libros de autores peruanos y clásicos universales reeditados, están en regla,de todos modos debo acompañarla a la oficina con una docena de libros que revisará en el sistema, mientras a Willy le ordenan cerrar las cajas excepto una, en el camino a la isla de control no puedo evitar pensar. -Ciertamente no hacía falta mucha luz, sobre todo en un lugar que tiene reflectores fluorescentes para revisar camiones, si tan solo abrieron las cajas, miraron y pidieron sellarán, además estos libros ya habían pasado hace 5 días por los rayos x, en fin, al llegar a la oficina, la misma agente señala lo irregular de la excusa de O.Q para haber impedido el paso de los libros el día anterior. Una vez frente a su pc, busca en preguntas frecuentes de la página de Aduanas cómo corroborar el derecho de autor de un libro, yo habría buscado en un rastreador de ISBN, pero la dejé hacer su pega, termina colocando los nombres en un buscador interno de marcas comerciales. Allí usualmente deben colocarse las marcas, Nike, Adidas, etc, de pronto desfilan los nombres de los autores peruanos,los títulos de los libros. Cuando el clásico de Walter Scott, Ivanhoe para niños o una edición de Alicia de Lewis Carroll no arrojan resultado en el bendito buscador, todo termina con una frase de lujo, total todos son escritores peruanos, me da los papeles y me dice, que les vaya bien. Agradezco su buena disposición y pienso, si el punk es peruano vía Los saicos, porque el gato Cheshire no puede ser peruano también.
Cuando dejamos Chacalluta atrás, gracias a un bus Peruano que nos permite trasladar las cinco cajas, pues viaja vació en virtud del feriado, suena Beat It de Michael Jackson. Lo tomo como una señal:
Showin'how funky and strong is your fight
Itdoesn't matter who's wrong or right
Just beat it, beat it
Epílogo
Siendo las 14;00 horas, mi parte en esta odisea ha terminado, pero Willy debe seguir rumbo a Antofagasta, buscamos un bus para mi amigo editor, pero ninguno quiere asumir la carga o tener que arriesgar un control intermedio, le dicen que debe partir en la noche, por tanto sigue a la espera del cierre de esta aventura. En la FILZIC 2013, Arevalo sigue esperando sus libros, tengo entendido que la feria llamó a Aduana y le dijo a Willy tener un convenio, uhhhhh ok, asumo que esa famosa llamada jamás llegó o nadie le tomó el peso que debía tener. Yo sólo veo como auspicioso que la persona que nos ayudó a trasladar las cajas de un terminal, a otro, del terminal internacional al rodoviario, es idéntico a Gandalf. Sólo espero por el bien de Willy, no volvamos a escuchar la frase conocida, que el mago le da al Balrog. You shall not pass!!!
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