sábado, 6 de septiembre de 2008

Entrevista a Daniel Rojas realizada por César Quispe Ramírez




Daniel Rojas Pachas: "Yo apuesto por el autor y su voz, más que por la nacionalidad" Entrevista realizada por César Quispe Ramírez publicada en Kuadernos de Kalandraka


Daniel Rojas Pachas, nació en Lima-Perú, en 1983. De madre peruana y padre chileno goza de doble nacionalidad y actualmente reside en la ciudad de Arica. Estudio tres años derecho, carrera que abandonó para dedicarse a la labor de profesor de Literatura. Área en la que se desempeña al interior de la universidad de Tarapacá. En el 2006 publica su primer poemario Música Histórica. En el 2007 publica su segundo poemario Delusión.



Abandonaste la carrera de Derecho por la de Literatura, ¿Qué marcó en ti para pasarte a la otra orilla (literaria)?

La Filosofía. En derecho es muy importante la hermenéutica, creo que esa es una de las principales herramientas que adquirí en esos tres años. Sin embargo, a diferencia de mis compañeros, que vieron esto de manera utilitaria y aplicada al código civil o la constitución; yo me aproximé al acto de interpretar, más allá del objeto y la finalidad inmediata. El acercamiento a ciertos autores y textos, me llevó a profundizar sobre temas esenciales, como la dialéctica, el irracionalismo, el existencialismo, la postmodernidad, el deconstructivismo. Ciertamente con Kafka descubrí desde muy temprana edad, mi amor por transmitir el arte de pensar libre y responsablemente, la fuerza de la subjetividad y la decisión. No fue un cambio fácil, pero asumí el peso de mi elección. De lo contrario, ahora estaría odiándome o ensañando algo que no me interesa como el código orgánico de tribunales, en lugar de la voz de este Checo que entre otros, me permitió despertar a la vida.

¿Por qué elegiste la poesía como medio de expresión?

Considero que la poesía es la forma primordial de comunicación. En mi caso, no se trata de hablar de poesía, refiriéndome a un simple texto lírico o poema, para mí, ella implica creación en todo su sentido y sin sentido. Es quizá, la única vía que tenemos para romper esquemas mentales anquilosados y que se perpetúan gravemente en el lenguaje y, en tal medida, en nuestros comportamientos como personas y colectividad.

Háblanos de tus dos poemarios: Música histórica y Delusión, éste último poemario cuya línea intimista se ampara bajo la visión del Somatismo.
¿Qué características los aborda?

Bueno mi primer libro, es demasiado adolescente, sus primeras líneas datan de mi época de colegio, cuando tenía 14. Tiene en tal caso, una estética contestaría, anárquica, con un predominio de las voces beatniks y de Bukowski, entre otros. Esto no implica que no tuviera ciertos matices experimentales, pero eran mínimos, algunos juegos a nivel fónico. Me demoré en publicarlo, hasta que vino el nacimiento de mi hija, y lo hice para cerrar una etapa. Lo autoedité y me di cuenta que algo se estaba gestando en mí, el somatismo y que hoy inunda la totalidad de mi consciente.

Delusión mi segundo libro, es un poemario ambiguo que aborda diversos tópicos y voces que han cruzado mi propio discurso como: el erotismo, la violencia, el tema del género, la desrealización del lenguaje y los mitos, el descreimiento y la contradicción, en una dialéctica del ser y la nada, en la cual, esa nada como totalidad, involucra un amplio espectro imposible de resumir pues en ella todo se crea y destruye, es la posibilidad infinita y que sólo con la poesía creo fervientemente, se puede, de modo ligero, palpar.

En un medio en el que la lectura no es artículo de primera necesidad y en el que la poesía ocupa el último lugar dentro de los gustos literarios, ¿qué estrategias adoptas para promover tu obra?

Creo que esa labor, la juego en mi rol más pragmático, el de profesor y cronista literario, haciendo reseñas de autores y obras, no las típicas que nos hablan de Llosa y Márquez, sin desmerecer sus obra que son geniales, pero de ellos se ha dicho mucho. Es hora de dar cabida y demostrar que la literatura no empieza y termina con el rol editorial, ni con el boom y con la novela misma.
Sino, también, mostrando la otra cara, que sí exite una bullente producción local e internacional de poesía, cuentos y ensayos, con autores que están en el anonimato, por estar situados en provincia o perdidos en la capital (...) Hoy en día la mejor herramienta para la gesta de redes literarias, es Internet, como un medio libre, que a a su vez, tiene desventajas, como la veracidad de los datos, el ocultamiento de identidad y la gran cantidad de información basura. Lo que nos queda es educarnos y educar para interpretar y discernir y poder focalizar muy bien, logrando un autodidactismo maravilloso y una difusión a lectores ubicados a miles de kilómetros.
Yo apuesto por ese mecanismo hoy, sin quitar el rol que sigue teniendo la imprenta claro. Empero, para mí la prueba directa es una revista como la que dirijo y edito, Cinosargo. Viviendo en Arica, extremo norte de Chile, jamás soñaría con un tiraje de máximo trescientos números y, por ende, menos en tener colaboraciones de Colombia, Argentina,… Y lectores de Tel Aviv que intercambian correos y números, libros y opiniones.

¿Cómo ves la poesía en cuanto a la enseñanza?

Difícil de instaurar en una etapa inicial, incluso yo diría en un ámbito universitario; me he topado con compañeros y alumnos del área que decían, ya en cuarto o quinto año, detestar las letras sobre todo la poesía por críptica y fugaz. Aduciendo que solo estudiaban para ser profesores de Castellano y Literatura.

Creo que primero hay que formar lectores y sensibilidades. Imponer no sirve, eso solo ayuda a mantener en la mente de los más jóvenes la imagen del poeta como el bardo medioeval, algo empolvado y añejo. Por tanto, en un plano general, dar a leer a un joven que tiene las hormonas a mil, el Quijote completo y El cantar del Mio Cid como obligación, es un desperdicio y aberración. Son obras clave pero hay que definitivamente, antes de entregarlas, formar mentes que vean la lectura no como un castigo, sino como un placer.

¿Cómo observas el panorama de la poesía en Chile, respecto al Perú?

En Chile hay mucho poetastro, mucho escritor que prefiere el escándalo y la farándula, Chile vive para la farándula hoy en día, el pan y circo es increíble, quizá eso queda mal entendido de la estética Beatnik, todos quieren ser poetas malditos o divas. Se dicen escritores, pero no tienen poesía. Son los llamados poetas de recital, que en nada aportan al medio, ya sea en creatividad y comunicación. Es poco saludable. Por otro lado, veo al Perú como un espacio de difusión soñado. Hay por parte de los creadores (Chilenos) mucho respeto hacia el panorama cultural que ustedes tienen. Para mí no es ajeno del todo, viví en Perú, Nací en Lima. Por eso yo apuesto por el autor y su voz, más que por la nacionalidad, pero francamente como lo veo, Perú no sólo es Lima sino, también sus provincias, son focos mucho más interesantes y bullentes que las ciudades periféricas de Chile, las regiones más alejadas de este país, son desiertos culturales subyugadas ante una capital, Santiago tendencioso y a la moda.

¿Qué proyectos estás desarrollando?

En poesía un nuevo título Grama, además de poemas dispersos para concursos o para mí. En Narrativa, mi novela, que tenía pospuesta, la Región indecible y que ahora está dispuesta a concursar a un fondo nacional de fomento a la cultura; y en ensayo, estudios de obras, sobre todo del Nouveau Roman y autores latinoamericanos de la generación surrealista, Carpentier, Asturias, Uslar Pietri.


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