María Monvel es el seudónimo de Tilda Brito Letelier, poeta originaria de Iquique, nacida en 1899. Dedicada desde muy joven a la lírica, sus primeras incursiones las vemos retratadas en revistas y folletines de provincia, allí vivió su infancia y adolescencia, luego se trasladaría a la capital, llegando a convertirse en una gran escritora que fue considerada dentro y fuera de nuestro país: Como una de las importantes autoras que lego el siglo recién pasado.
Muy joven, fue antologada con su nombre real en la obra "Selva Lírica" compilada en 1917 por Julio Molina Núñez y Juan Agustín Araya, en esta obra resaltan escritores de la talla de Ángel Cruchaga Santa María, Vicente Huidobro, Carlos Pezoa Véliz, Sady Zañartu, Pedro Prado y más y le auguran una prometedora carrera al amparo de una producción que se perfila: “como el de una muchacha de un fervor artístico saturado de cristiana sentimentalidad".
Dicha delicadeza y manejo visceral de la palabra, además del sentimiento como Leitmotiv descarnado, la acompañaría toda su corta vida, Maria Monvel llegó a editar siete libros, pues fallece en 1936 producto de su frágil salud, tenía tan sólo 37 años.
Publicada en Barcelona y en importantes editoriales nacionales como Nascimento, comparte páginas con otras grandes poetas como: Mistral, Ibarburú, Delmira Agustini y Alfonsina Storni. La Ganadora del Nobel, destaca el encanto y sublimación que produce su obra. Monvel llega a resaltar como una de las máximas exponentes continentales de la poesía femenina de principios del siglo XX y como ocurre con otros chilenos: Boris Calderón, Gustavo Osorio, Romeo Murga y Omar Cáceres, hay una deuda ineludible ante la negligencia con que ha sido recordada y difundida su obra. La cual desgraciadamente ha caído en un silencio lapidario.
Entre sus títulos podemos nombrar Últimos Poemas 1937, Romances de Ensueños de 1918, Fue Así de 1922, El Marido Gringo, Poesías de 1927, Poetisas de América del año 1929 editada por Nascimento. En esta obra, en la introducción a la poética de Monvel, Gabriela Mistral prodiga: "La mejor poetisa de Chile, pero más que eso: una de las grandes de nuestra América, próxima a Alfonsina Storni por la riqueza del temperamento, a Juana por la espontaneidad. Empecé por admirarla y he acabado por quererla. Me vino su estimación de aquella clara honradez artística suya. Verso fácil que rebalsa la copa llena de sentimiento, fácil por la plenitud.
No se inventa nunca el sentimiento (cosa tan común entre las mujeres). Expresión nítida, a causa de la misma verdad del motivo. Ninguna dureza; su estrofa posee lo dichoso de los verdes canales chilenos. En María Monvel la tortura se halla en el espíritu, pero el verbo no conoce confusión ni torcedura desgraciada. Dije que su temperamento era rico como el de Alfonsina. Sí, todos los motivos: la tierra, el paisaje, el amor, la coquetería también, la maternidad, el juego. Parece en ocasiones una mujer madura y a veces se la mira jugar como un niño con los asuntos frívolos. En verdad tiene la madurez, porque la vida le fue anticipada en dolor; pero no tiene mi envenenamiento por la amargura".
Luego vendría el título sus Mejores Poemas esta obra es de 1934 y abarca diez años de su labor poética: Es una antología de los mejores poemas de Monvel, seleccionados por su propia autora y cuya estructura presenta fechas y un orden que oficia como imperecedero documento o diario de su viaje creativo.
Dentro de su quehacer literario hay que destacar que tradujo a Shakespeare y Goethe y en este campo señala en una carta dirigida a Manuel Magallanes Moure: "Mi opinión no vale nada, vale menos que la opinión de todos, pero permita Ud., Manuel Magallanes, que le dé mi opinión: es usted un enorme poeta, que me place principalmente por su elegancia en el decir, unida a su emotividad infinita, sin palabrería vana, sin arte rebuscado. Cuando yo leo en francés un poema que me parece muy hermoso, siento necesidad de traducirlo, de versificar sus ideas con mi lengua, para penetrarme más de él. Cuando leo en mi propio idioma versos tan lindos como los suyos, me agrada escribir sobre ellos".
Fue además columnista y narradora, dirigió "Para Todos", revista que publicó la editorial Zig – Zag y estuvo ligada de cerca al mundo intelectual y literario de la nación, por su talento como poeta y su matrimonio con el crítico Armando Donoso, miembro del llamado Grupo de los Diez, el cual publicaría póstumamente Últimos Poemas, del cual, dejamos una muestra; no sin antes señalar la obra de Monvel: Como tributaria de un sentir no sólo sensitivo, agotado en la expresión y ensalce del sentimiento. Su poética es sensorial capaz de desmenuzar con sencillez pero de manera profunda e intensa la captación del sentido y el estímulo nervioso, medular. Ella comunica, dialoga y su voz gravita sobre su público, buscando provocar la colisión pura, el tener que enfrentarse con una palpitación, mirada o roce que deshilvana cada fibra y molécula del cuerpo, de la espina, del cerebro, al recibir el mensaje.
De esta manera, la emoción la construye el lector, el la sufre, la goza y no la recibe ya con forma y color lista a ser tragada como una golosina. Monvel en su arte da a la palabra volumen y densidad, lo que en manos de un artífice de la sensiblería y catarsis prefabricada: Sería mera auto-terapia o burda conmoción.
Autor: Daniel Rojas Pachas
Publicado en: Cinosargo.
JUEGA COMO LOS PAJAROS Y EL VIENTO
Juega como los pájaros y el viento
y yo, como los pájaros y el viento
le traje a mí, cuando me di al amor.
Juega como los pájaros y el viento
porque toda la tierra es su elemento
aunque le cerquen ya muerte y dolor.
!No podrá defenderlo tu ternura!
Es bello el sol, pero la tierra es dura ....
¡Teme al amor! ¡Huye al amor , mujer!
La nube es clara, pero el hombre es fiera,
y ¡ay! es mejor que en tus entrañas muera
que bello es ser, pero es mejor no ser.
ORGIA
Copa de cristal pulido,
bebo, bebo y me embriago,
con sabor a corazón
y sabor divino a labios.
Bacante soy de una orgía
deliciosa y no me exalto.
Ruedan abiertas las rosas
sobre mi corpiño intacto,
y yo bebo y bebo más
el licor que sabe a labios.
Maravilloso licor del que ya bebido tanto,
sin que se alteren mis venas,
sin que en mi mente haga estragos.
Centellea como dos
ojos negros en mi vaso,
prende infinitas antorchas
en mi corazón helado
a arrastra mi pensamiento
hacia caminos fantásticos.
Bebo, y no estoy ebria, no.
Muerdo el cristal de mi vaso
y hago trizas los espejos
que miran y estoy mirando.
Me sumerjo en mi licor
como en olas de cobalto
que aunque bebo, no me estalla
roto el cerebro en pedazos.
Disuelvo mi pensamiento
licor con sabor a labios
y en tus olas de emoción
toda voluntad deshago.
¡Centellar de ojos ardientes,
aunque muero , no me embriago,
y aunque he disuelto mi vida
en la copa de tus labios!.
BERCEUSE
Me estoy durmiendo poco a poco,
me estoy durmiendo sobre el mar.
Un hierro sólo me separa
de su viscosa inmensidad
y yo me duermo poco a poco
con blando y dulce cabecear.
¿vendrá el naufragio si me duermo?.
¿ Me tragará dormida el mar?.
¿Morderé perlas, algas, conchas
en un futuro despertar?.
¿Conversaré con las sirenas?.
¿Algún tritón me abrazará?.
¿Iré a las fiestas de Neptuno
en un carruaje de coral?....
En la litera pequeñita
mi corazón dormido está.
No más que un hierro me separa
de su viscosa inmensidad.
1 comentario:
Daniel:
Me ha gustado mucho el poema Orgia, de María Monvel. Te saludo afectuosamente. Linda selección.
Chaos.
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