jueves, 22 de mayo de 2008

Anverso literario: Psicoglifos.

Anverso literario: Psicoglifos.
por Daniel Rojas P.


Autor: Alejandro Jordán.

Edición: octubre del 2005

Numero de ejemplares: 500

Diseño de portada: año 1510 Miguel Ángel “Creación de Adán”

Genero: Poesía.

Colección: Ninguna parte.




Bio: Alejandro Jordán, nacido en Arica en el año 1974, egresado como profesor en educación básica de la U.T.A, formó parte del taller literario de Patricio Ubeda, antiguo jefe de carrera de pedagogía en Castellano y comunicación y académico de literatura y estética, en la casa de estudios de la XV región.

Entre los proyectos realizados por el poeta, se halla, la dirección de los talleres poéticos en las jornadas culturales de la Universidad de Tarapacá, su calidad de miembro en SETA, sociedad de escritores de Tarapacá y presencia constante en la organización cultural y comunidad poética Vertizonte . Se halla antologado en el libro Heptadárica del grupo encabezado por Rodolfo Khan, lo cual lo lleva a participar en el Primer Encuentro de Escritores "Guido Fernández de Córdova" Nueva Literatura Latinoamericana en la Universidad Jorge Basadre - Tacna / Perú, formó parte de un taller, con el poeta chileno Germán Carrasco y participó activamente en el Segundo Encuentro de poetas Jóvenes del norte, realizado en Antofagasta el año 2005. Finalmente, edita y lanza su obra primogénita, la cual lleva como título Psicoglifos

homónimo, del movimiento poético estudiantil, que condujo, junto a su compañero y poeta Félix Milanés .



Reseña: En esta obra, el poeta Jordán logra comunicar al lector, a través de cortos versos, estructurados libremente (no haikus), una variedad de símbolos y conceptualizaciones personales acerca de la condición del creador y la realidad tangible, tantas veces monótona, en este caso, permeada y dotada de autonomía y vivacidad, por el iluminar poético.

Partamos por la elucubración del concepto psicoglifo. Glifo: Signo grabado o pintado, alude a representación y comunicación. Psico: Actividad mental, alma.

Proceso que el mismo autor o más bien su hablante, reconoce e instituye a lo largo de la obra, a través de un par de observaciones. Con ellas dirige al receptor hacia entidades espacio-temporales abstractas pero conscientes y cargadas de serias implicancias y poder, sobre lo concreto y sus limitantes: Los psicoglifos transitan a la redonda de lo observado, buscándonos. La contemplación es parte de sus orbitas. Un símbolo, un garabato. Un sonido, un destello en la mente, en el ojo, para abrir sus signos y multiplicarse.

Este afán alegórico que alude a sentidos y finalidades, recuerda al Cortazar de Historia de Cronopios y Famas, aunque no me atrevería a señalar una afición surrealista o el interés de Jordán por corporizar o caracterizar sus ideas, tal como lo hizo el argentino, al crear esas obsesivas y esquizofrénicas entidades.

Los psicoglifos perviven repletando de belleza el vació. En sus mareas oscilan onomatopeyas, gestos, señales, luminiscencias. Los psicoglifos esperan ser removidos por algo o alguien. Con esta última aseveración el hablante añade y completa el circuito, centrándose en el rol activo que compete al lector, tarea, inminente e ineludible que se tiene o debiera tener, ante situaciones estéticas que empujan la capacidad y anhelo, motivando la interpretación. Piezas literarias, elementos del quehacer humano, situados frente y sobre una realidad más extensa e inconmensurable, la poesía.

La postura de Jordán es en tal medida personalísima, no por eso menos evocativa y sugerente, por el contrario, es capaz de delinear un mundo o espacio posible, que recuerda no en ejecución mas si en sensibilidad y motivación a Lewis Carroll (La caza del Snark, Alicia en el país de las Maravillas) y en ámbitos más líricos a Blake (1757-1827), visionario ingles, poeta y grabador. La vinculación con el anglosajón, se percibe en torno al Cantar de Inocencia, realizado en el año 1789, siendo gran inspiración para los franceses que muchos años después, iniciarían la modernidad en oposición al romanticismo, llegando a ser mejor conocidos como los poetas malditos o simbolistas.

La sinestesia (excitación de los sentidos y por ende de los sentimientos) mecanismo propio de estos autores europeos, se presenta en cada poema del Ariqueño y de forma patente, subyace un trasfondo que evidencia el deseo por crear imágenes, que eliminen la frontera común que impone un hablante en tono apelativo, dirigiéndose en representación de la comunidad y desde un yo, forjado en la gregariedad.

La metamorfosis del hombre, del autor de carne y hueso, opera en este caso, a favor de la construcción de una voz ajena al servicio de la contingencia y sus circunstancias y motivada de lleno, hacia el diseño de un mundo mágico, podríamos decir en pocas palabras, que se enuncia un recodo de calma, privada utopía y onírico pasaje, estructurado por las letras y la desviación del lenguaje cotidiano.

La materia prima se halla en las bases comunes, todo aquello que damos por sentado, sociedad, naturaleza, relaciones humanas, lenguaje, aunque bajo las reglas del creador, la de los glifos mentales, lo ordinario se transforma, se personaliza y sin embargo, por el poder lírico, no pierde la capacidad de comunicar y hacer perceptible, la casa etérea. E ahí la pericia del autor y el distanciamiento que logra de si mismo, a fin de entregar experiencias soñadas que se realizan en el diálogo y en la mente del destinatario, en este caso, por medio del papel pero por sobre todo, producto del cifrado y bello mensaje que alberga.

Autor: Daniel Rojas Pachas .


Muestra de la obra de Alejandro Jordán.


LA CASA INMOVIL

Las vidas con poca gracia
saben que los buitres
las revolotean en círculos.
Saben que la muerte
no las mira por absoluta pereza.
Y saben que
si se han ido
de bastantes sitios
es solo al interior de la casa.
La casa del aburrimiento.
DINAMISMO

La mecánica de los sueños
segrega una alquimia que muchos desconocen.
Capaz de acariciar la greda onírica
contornea la silueta del acontecimiento.
Un dinamo enciende los ojos y crea.
A muchos
no se les permiten ver estas cosas.

FANTASMAGORÍA.

Se lee.

Desaparece
y despierta en uno.

Cuando
un poema.
salta a la cara.

LA NATURALEZA DE LOS OBJETOS

A primer despertar
escritos inquietos
renuncian a sus leyes
raíces a gritos
ramas a formas

se crean
se desabrazan
se transfiguran.

A primer despertar
cada poema
es un árbol desconocido.

LA BUSQUEDA

Una sensualidad reducida a sueño
sacude intriga a los cuerpos.
Desordena nuestras viejas vestiduras
y remueve cada estertor que vigila.

La muerte inquieta nos encuentra
para buscar el nacimiento del aire.

RESURRECCIÓN

La escritura
levanta el cadáver de las cosas.

LA MAGIA

El poeta
debe observar
una roca
hasta
convertirla
en
una libélula

2 comentarios:

Poesia dijo...

Pues la verdad, debo ser muy pava, porque no conocía a Alejandro Jordán y después de leer tu post y sus poemas no tiene desperdicio (el blog tampoco, que conste).
Me ha gustado mucho el poema de fantasmagoría, dice lo necesario, lo preciso con las palabras justas y esa capacidad de síntesis y además con ese transfondo no es fácil de conseguir.

Un saludo, te seguiré leyendo.

daniel rojas pachas dijo...

Gracias por el comentario, si Jordán es un poeta de mi cuidad con una gran sugestividad e imaginería, un verdadero, como decirlo, diseñador de sueños y mundos, con la precisión exacta para transportar al lector en tan cortos pero potentes versos.

Saludos, que estes bien.

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