REFLEXIÓN PRELIMINAR
Sandra Baquedano Jer
Este libro traza un camino que desde hace años Daniela Pinto, ha
venido talentosamente recorriendo gracias a su altísima capacidad de análisis,
unida a una profunda intuición conceptual para abordar problemáticas concretas
de la vida con contenidos filosóficos.
A esta joven escritora e investigadora la conocí a partir de un
Seminario de Filosofía Contemporánea, que dicté cuando ella cursaba el programa
de Magíster en Filosofía Política en la Universidad de Santiago de Chile. En
las aulas de su Alma mater pude
reconocer en ella su gran capacidad reflexiva y su extraordinario potencial
literario. Tales características las aplica al estudio de variadas temáticas
afines a sus investigaciones personales, particularmente, al estudio filosófico
de la Literatura Hispanoamericana, escribiendo diversos artículos que por su
nivel dieron a luz esta significativa publicación y en el futuro, seguirán
prometiendo trabajos del mejor nivel.
Ahora el lector podrá adentrarse en sus pensamientos mediante este
valiosísimo libro, que resulta ser un puente entre filosofía y literatura.
Todos aquellos que vayan avanzando por sus páginas, cruzando cada uno de sus
capítulos, podrán apreciar cuán valioso es constantemente transitar los caminos
que aquí se abren, pues muchos de ellos son resultado de ciertas impresiones
existenciales, que no forman parte de meros encadenamientos de nociones
abstractas, sino de una comprensión intuitiva y original de problemáticas tan concretas,
como por ejemplo: la transgresión, cuerpo-corporalidad, identidad y sociedad,
tomadas de la vida misma y personificadas por diversos autores de la literatura
chilena, que ella tan notablemente recoge.
El eslabón entre literatura y filosofía es de un valor inconmensurable
pues materializa el profundo significado del asombro originario, aquel que
proviene de la vida antes que ser tomado de los problemas escritos en tratados
y discutidos por un sinfín de humanistas. De este hecho se desprende uno de los
rasgos más valiosos del presente libro, aquello que le da el sello de ser una
reivindicación de la joven intuición, fresca, nítida y directa de la primera
parte: “Subjetivación, cuerpo, transgresión” a la base de la segunda:
“Intuiciones del yo y del otro”, el conocimiento abstracto y conceptual propio
de la razón.
Mediante esta última reflexiona con gran lucidez sobre el sentido y
significado de la otredad, alteridad, verdad, metafísica y fenomenología al
halo de ciertas premisas conceptuales, a partir de los pensadores sobre los
cuales ella se aboca.
Un mero conocimiento abstracto de conceptos, sin un asidero concreto
en la vida, no permite descender al universo particular, que se manifiesta,
escenifica y realiza a través de personajes reales (siendo incluso imaginarios
algunos de ellos, piénsese en María Griselda de María Luisa Bombal) dotándolos
de una singularidad y actualidad única como los abordados en este libro. Si
bien la filosofía necesita de la esfera abstracta para desarrollar su visión y explicar
sus resultados, estas nociones se vuelven originarias cuando se descubre que
son medios con los cuales desarrollar la reflexión no datos ni puntos de
partida de la misma.
El libro de Daniela Pinto tiende hacia ese intento, que aborda en su
reflexión final, en torno a las convergencias y divergencias características de
la filosofía y la literatura, revelando su propia cosmovisión respecto a esta
unión.
En ese sentido el puente entre
literatura y filosofía es original, en el más amplio sentido del término,
porque nace de captaciones lúcidas de esta joven autora y pueden ayudar al
lector a intentar retornar de un modo
esencial a una época, que en esencia no está limitada por una cierta edad, sino
por un modo de concebir la realidad. Los espíritus que sepan retornar se
dejarán llevar por este libro, pues el lirismo aquí es interior, la filosofía
deja aquí de ser abstracta, es una forma de ser que vuelve en un repliegue
introspectivo, a contemplar, del mismo modo, el mundo tal cual como se mostró,
cuando no se contaba aún con herramientas meramente teóricas ni vacías nociones
conceptuales para explicarlo, ni para formular aún nada de abstracta filosofía.
El lector podrá nutrirse y asimilar la gran profundidad en su
reflexionar y la solidez con la cual se aboca para enfrentar diversas
problemáticas afines a la filosofía y la literatura, dándole forma a esta
hermandad tan valiosa como necesaria entre ambas.
PALABRAS
PRELIMINARES
Manuel
Jofré Berríos
El
libro de la profesora e investigadora Daniela Pinto es bienvenido como una
reflexión elemental acerca de la relación de los diferentes tipos de discursos
en nuestra época. Nuestras sociedades son hoy en día espacios de producción,
circulación y recepción de diferentes lenguajes, léxicos, voces, y sobre todo
escrituras, las cuales emergen desde la más radical diferencia, visibilizando
lo real y la capacidad del lenguaje mismo, cada uno a su manera.
La
breve época de la especialización llega a su fin. En todos los campos o series
científicas, culturales y artísticas se supera la idea
funcionalista-estructuralista de los compartimentos estancos y renace la idea
holística y sinérgica de las entidades y significaciones como sistemas infinalizables y en
constante transformación. En ese sentido, este es un libro transdisciplinar.
La
literatura y la filosofía, como partes constituyentes del gran logos, de la
semiósfera humana, son discursos que han interactuado a lo largo de toda la
historia humana. Desde las primeras palabras, probablemente monosilábicas, hubo
una unidad entre lo real, lo imaginario, lo emotivo, lo intelectual, lo social,
lo individual. Primaba lo unario.
La
historia de los lenguajes, las voces y las escrituras es la historia de las
divisiones de las sociedades humanas. Diversas esferas se van así separando
radicalmente, aunque siempre haya pretensiones hegemónicas de algunas
discursividades. El lenguaje intelectual se separa de la vida cotidiana y el
discurso religioso gradualmente va desapareciendo velozmente. El discurso filosófico
se escinde del discurso científico. La experiencia artística se separa de la
enunciación religiosa. El discurso artístico se aleja del discurso mimético.
Este
volumen de Daniela Pinto Meza continúa con la larga reflexión acerca de los
devenires de algunos tipos de discursos, pero ahora en un mundo donde la
interdiscursividad es lo utopizado. Los lenguajes separados se descubren
insuficientes, especialmente en las ciencias humanas y en las ciencias
sociales, cuya línea separatoria ha quedado ya borrada desde décadas atrás. La
ilusión de los lenguajes, o su falsa conciencia, es pensarse como autónomos o
hegemónicos, como lo hace el discurso científico (en alianza con el discurso
tecnocrático o tecnológico).
La
literatura y la filosofía no han estado nunca cerca de los discursos del poder.
Lograron su autonomía separándose del poder político, del poder religioso y del
poder militar. Y se convirtieron en lenguajes críticos al poder, que, como el
arte, develan los mecanismos de la ideología.
Todos
los fenómenos humanos son primariamente incomprensibles. El arte requiere de
los estudiosos de las manifestaciones estéticas. Así mismo, la literatura
requiere de críticos y teóricos literarios y por cierto, la filosofía necesita
de los profesores de filosofía. Las manifestaciones simbólicas e imaginarias de
los seres humanos son mucho más complejas que los así denominados fenómenos
físicos o materiales porque en su manifestación siempre habrá multivocidad,
ambigüedad, polisemia, plurisignificación, incertidumbre. Mostrarán la realidad
como sistema inestable.
Así
pues, en la época de las convergencias de los discursos, emerge este libro
primero de Daniela Pinto que va desde la particularidad de la literatura
chilena reciente a lecturas filosóficas y críticas de la propia literatura y de
la filosofía. Es obvio que los capítulos presentes tienen que ver con un
itinerario vital, formativo y profesional. En su totalidad, el libro es
teórico, pues privilegia las experiencias de sentido sobre la sensorialidad
pragmática. Y busca los trazos y formatos de la narración y de la reflexión,
como macrogéneros discursivos en lo particular cercano y en lo general también
próximo.
Este
libro, de análisis de discurso literario y filosófico busca cruzar fronteras y
establecer diálogos, creando puentes entre diferentes sistemas de
significaciones. La literatura y la filosofía, para decir solo una cosa, son
biopolítica desfasada, para integrar las nociones de Foucault y Althusser.
Nacen de un cuerpo y de una mente, como todo lo humano.
Todos
tenemos mucho que aprender y des-aprender. Hoy es el día de la des-educación.
Hoy es el día de traspasar compartimentos disciplinares, bajo el signo de los
estudios alternativos, la teoría crítica, la decolonización y los estudios
culturales. Todo eso encontrará aquí el lector convocado por los problemas de
los diversos géneros culturales y literarios, además de los temas analíticos,
existenciales y los filosofemas que los agrupan.
Una
nación que se precie de serlo debería tener mecanismos para que los jóvenes
publicaran sus creaciones y para que sus libros estén al alcance de todos. No
pasa eso en Chile, desafortunadamente, provincia local donde prima la
parafernalia farandulesca en todos los niveles.
Por
eso hay que saludar una publicación como ésta, que quiebra moldes, requiere de
un lector acucioso, complejiza el sistema, cuestiona los valores y crea, por
sobre las contingencias de la vida cotidiana, que siempre son muchas, una
propuesta discursiva que no estaba prevista por la realidad.
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