Sobre
Ichus Negro (Cascahuesos 2014) de Osman Alzawihiri.
Ante todo quiero agradecer a José
Cordova, a quien conozco desde hace años, por la invitación a presentar el
libro de Osman, gracias por la confianza depositada, pues esta ha posibilitado
que en el marco de Enero en la palabra, en esta bella ciudad, los acompañe en
el lanzamiento de este nuevo título de Cascahuesos, Ichus Negro.
Sólo me queda felicitar a Osman por su
poética y este nuevo libro.
La lectura de Ichus Negro me ha llevado a
conocer la obra del autor, profundizar en esta y con ella acercarme a una serie
de nuevas voces del sur del Perú, las cuales no me son ajenas como lector y de
las que ya tenía noticias producto de la cercanía natural del norte de Chile
con Tacna, Arequipa, Puno y en estos tránsitos por el tripartito, también la
poesía de Bolivia.
En mi caso particular está el vínculo
familiar con Juli y Desaguadero. Valga la pena la mención.
Tras terminar la lectura de Ichus Negro,
me encontré con una cita de Darwin Bedoya respecto de un libro anterior de
Osman, "Sudario 2981" que dice "El
lenguaje reconstruye el mundo y el pensamiento se hace sensorial en estos
poemas nacidos de la lejura y llovidos desde algún sitio del silencio". De
algún modo, este párrafo me permite introducir un texto a manera de diálogo con
la obra que presentamos.
En los 3 cuerpos que componen el libro,
tal como señala Bedoya, podemos observar poéticamente como la lluvia, el
paisaje compuesto principalmente por una inmensa variedad de plantas y flores,
el molle, agave, capulí entre otros enunciados a la par de la yesca y la
constante remisión a materiales secos, al borde de la extinción, tentando
constantemente al fuego, generan un abanico de colores y aromas que edifican la
construcción de un mundo sincrético en que la naturaleza se hibrida en un
imaginario mágico, tal como lo expresa de manera ideal el título que abre el
poemario, al hablarnos de una masa de nubes que son más bien un amasijo de
hojas que llueven ichu en forma de ceniza, naturaleza desbocada, luto y cierto
tono apocalíptico plagado de belleza, una belleza en constante ruina, debacle,
volveré sobre este tópico más adelante, lo que me interesa resaltar en este
punto, es la riqueza polífonica del texto y su lengua a través de un proceso
poético por el cual el sujeto va
conformando un discurso descentrado, heterogéneo, múltiple, que enuncia y
traduce una biculturalidad con elementos antagónicos que no se resuelven, sino
que evidencian la tensión no zanjada, la "totalidad contradictoria",
las experiencias "dispersas, quebradizas, inestables y heteróclitas"
Lo cual me
remite a lo que el investigador Iván Carrasco señala como "enunciación
sincrética": "La enunciación de
los textos de doble codificación es el resultado de la mezcla de categorías y
elementos etnoculturales incorporados en la instancia de emisión y recepción.
El hablante de estos textos, asume el saber de su grupo étnico, pero también el
de aquel con el que se conecta o sobre el que habla. Resulta evidente que el destinatario de un
texto en doble código es, lógicamente, también doble, debido al uso de códigos
lingüísticos diferentes"
Por tanto, lo que me resulta atrayente de
Ichus Negro, es su capacidad natural de articular una multiplicidad de voces, imágenes, tradición, oralidad y
elementos coloquiales, escrituras que el poeta reescribe, describe, glosa y
actualiza, provocando contrapuntos y registros, sin perder el ritmo y la gesta
de una atmósfera que nos envuelve como lectores, se trata de una lengua
desatada, memoria y arquitectura testimonial que nos introyecta y transporta al
punto de origen, por tanto, me parece reconocer tras la fuerza y vigor presentes
en cada poema de Ichus Negro, no un espíritu sublevante que interrogue a la
hegemonía del centro, sino como plantea Julio Noriega, un hablar desde un
universo escindido, para reincorporarnos al espacio sacralizado del origen en
un viaje imaginario a través de la lengua y de la memoria, y desde un
"discurso mítico" vamos de la despedida a la reconquista y del
desarraigo al retorno mítico. Por eso el poeta dice
y aunque
muchos de los poemas están cargados de una oscuridad palpable, el imaginario es
fértil y entrañable entre osarios, sangre y olvido.
Daniel Rojas Pachas
Cuzco 2014 – Festival de Poesía
Enero en la Palabra
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