“SOMA” / DANIEL ROJAS PACHAS
(Ediciones Literal, México, abril 2012)
Daniel Rojas Pachas, escritor chileno, sin duda alguna, fiel a la tendencia experimental de su escritura/estructura temática, sobrepasa las comisuras ya adivinadas y esbozadas por sus libros predecesores. Una escritura casi automática, frenética y efervescente, que va ligado a lo histórico-políticosocial debido a la posición fronteriza que expresa su literatura y que como propuesta logra lanzar la
creatividad a través de SOMA a regiones bizarras y policromáticas, dándonos de manera radiográfica el testimonio de sus experiencias más variadas que componen el sincopado de su vida. Tres son los ejes que hacen de su propuesta un proyecto de gran envergadura. El rol fronterizo de su escritura, la síntesis de una época moderna que bombardea con productos lúdicos (música, cine, cómic, tecnología, objetos merchandising) y el afán de ironizar y cuestionar su tiempo (política, literatura, etc). Y es a través de una serie de códigos kamikazes estereotipados que logra acribillar lo clásicamente estipulado, alejándonos de la lírica y proponiéndonos una anti-estética, un despreocupamiento y una “paranoia” crítica, no ontológica sino más bien apolítica. El recurso paranoico como fuerza propulsora de su arte poética es algo que no se deja rastrear en su obra, en comparación a lo que nos tienen acostumbrados los poetas de hoy en día, sobre todo los nuestros, tan lenguaraces y lacrimosos. No se conoce a autor chileno, hasta ahora, que estereotipe de manera frenética llegando a rayar en lo esquizofrénico, con rabia y extremo sarcasmo. De manera siempre quirúrgica y esterilizada, Rojas Pachas no hace más que mostrarnos que aún en el vasto mundo de las “poéticas-tendencias” todavía hay terrenos sino vírgenes y explorables al menos dignos de ser intensificados, como lo viene demostrando. Nos gustaría ocuparnos con más detalle de la siempre desconcertante obra de Daniel Rojas Pachas, pero la brevedad y un pensamiento plano nos impiden ahondar y continuar con esta exégesis que, sin duda, se suma a las innumerables cajas de pandora que va abriendo una tras otra la obra de nuestro vecino escritor. No queda sino decir que para todo peruano que quiera conocer los códigos cotidianos, como el habla popular, la tradición metafísica de una sociedad, y cosas antropológicas en relación a la cultura chilena, le será muy útil esta seria propuesta de escritura como encefalograma de una nación que experimenta procesos que en la nuestra apenas sí conocemos. Evidentemente, como el título lo expresa, en SOMA todo va relacionado a lo somático, lo empírico, por no decir las vivencias diarias de un espíritu tan ajetreado y efervescente como el de su autor.
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