momento random #11 mahna mahna, la ira de los abuelitos de fundación
las rosas, los valores ultracristianos
de ciertos clientes y el ángel de Zeppelin
por Daniel Rojas Pachas
por Daniel Rojas Pachas
…si me dicen piensa en algo que
odies con extremo prejuicio, rápidamente aparecen dibujados en mi cerebro los supermercados y las cadenas de farmacias y
sobre todo, la actitud mecánica con que entrenan a los cajeros para incitar
nuestra compulsiva ansía de comprar mierda
que no requerimos, pilas, toallitas húmedas, aspirinas, popcorn instantáneo o
en su defecto donar esas molestas sumas, que impiden redondear el vuelto, a la
caridad de turno cuyo nombre inspire mayor piedad... los abuelitos de fundación
las rosas, el hogar de niñas golpeadas, la casa del niño quemado, etc... puedo
sonar amargado pero pienso en Castel: cuando hay algo que
parece extraordinariamente claro, una acción que al parecer obedece a una causa
sencilla, casi siempre hay debajo móviles más complejos. Un ejemplo de todos
los días: la gente que da limosnas; en general, se considera que es más
generosa y mejor que la gente que no las da. Me permitiré tratar con el mayor
desdén esta teoría simplista. Cualquiera sabe que no se resuelve el problema de
un mendigo (de un mendigo auténtico) con un peso o un pedazo de pan: solamente
se resuelve el problema psicológico del señor que compra así, por casi nada, su
tranquilidad espiritual y su título de generoso.
…reviso con un flashback mi
situación mientras camino de regreso a casa luego de hacer la compra puntual de
un medicamento y sufrir la mirada castigadora de un grupo de ultracristianos
que me condenaron al Hades por indiferente y de paso por lucir como metalero o
algo por el estilo, ante sus ojos. Era una abominación satánica, sólo por la
barba, el pelo y la camiseta negra de Zeppelin.
La cajera cobra y yo tarareo la
canción de los muppets “mahna mahna”, hasta allí todo ok, sin embargo, luego me
invita a donar mi vuelto y todo se va al carajo, pues no hablo sólo de 30
ridículos pesos sino que me indica puedo aumentar la suma a voluntad, quizá los
otros 4000, total pronto esos billetes verdes se volverán molestas monedas como
pasó con los extintos 500 pesos, entonces es mejor donar/botar ese dinero
sobrante - respondo como programado e impelido por una indignación racional -señora,
no donaría ni siquiera los 30 centavos... su mirada cambia y no se atreve a
ofrecerme las benditas toallas húmedas o chicle, miro para el lado cantando más
fuerte “mahna mahna” como si este fuera mi soundtrack de victoria y me topo con
la mirada recalcitrante de una pareja y detrás de ellos una abuela, todos
claramente
personas de bien con mucho dinero
para donar y con valores ultracristianos que fueron ultrajados en cuestión de
segundos por el metalero muerto de hambre y roñoso que tienen en frente, casi
puedo imaginar que ante ellos soy como esas
capturas de imagen de ren y stimpy que destacaban lo grotesco de un lunar, una
verruga, soy el cáncer de América... una de ellas mastica rabia y parece decir
-hoy abuelitos no comerán y dormirán a la intemperie por tu culpa muchacho, no
mereces llevar una camiseta con un ángel de brazos extendidos...
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