Escape y Aglutinación: Componentes de una dialéctica de violencia y artificialidad en Centrífuga de Alfonso Grez.
Escrito por Daniel Rojas Pachas.
Should I stay or should I go now?
Should I stay or should I go now?
If I go there will be trouble
An’ if I stay it will be double
So come on and let me know!
(The Clash - Should I stay or should I go)
Alfonso Grez a ojos de esta lectura propone con Centrífuga (Ediciones del Temple 2010) un texto polifónico y multifacético dentro de la poesía Chilena reciente. La presencia y manipulación de coordenadas, signos y discursos tomados del cine, la publicidad, la cultura pop, la ciencia aplicada, lo doméstico y la coyuntura bélica, económica y burocrática de un mundo autocomplaciente y globalizado cruzan la unidad de la obra a nivel de contenido (o sea como materia a poetizar) sin descuidar en lo absoluto un trabajo polisémico priorizado en la estructura y diseño del libro.
En el primer caso, a nivel de fondo y contenido, podemos tomar de ejemplo cualquiera de las diversas “pausas comerciales”, pequeños textos en los cuales Alfonso Grez re-escribe con ironía intertextual conocidas publicidades televisivas como aquella de servilletas Abolengo en que un río o lago, dependiendo de la versión, era devorado por el poder de absorción del papel. Grez al parecer busca con estas intervenciones lingüísticas y retóricas desacralizar el objeto y desnudar el absurdo de todos los actores dentro del circuito de consumo. La siguiente cita del poema (pausa comercial/servilleta) es clarificadora:
“sin saber que el juguete será la catástrofe.
se beberá el lago entero y frente al abismo o
nuevo cañón notorio, no será otro que el fin
del día el comienzo del desierto ese triunfo
a secas, de la servilleta ultra absorbente”.
En otros casos los códigos utilizados por el poeta fungen su rol alterando la disposición del discurso y el significante, por ejemplo pensemos en “el primer y segundo informe”. Textos del libro que muestran una escritura fragmentaria pero no alterada en su sintaxis sino que marcada por el raspado o tacha visual de lo enunciado. Así lo demuestra la siguiente imagen del poemario.
El texto sumido en semejante construcción representa mensajes interrumpidos y presumiblemente tomados de la grabadora de una caja negra encontrada en la “zona zero” (Ground Zero) del World Trade Center o tal vez del pentágono. En una segunda versión del informe lo que se delata es la vertiginosa y escamoteada declaración de un proceso de tortura e interrogatorio, quizá en Guantanamo Bay.
La suma de estas materias y técnicas de comunicación que indistintamente condicionan significado y significante en la obra están presentes de modo explícito en las consideraciones que el mismo autor deja entrever de forma directa en su breve reseña biográfica que declara: “Centrífuga está conformado por poemas de Ciencia aplicada, Defcon 3 y Spot, los tres primeros tomos de un proyecto en proceso”.
En tal medida esta apreciación que hago desde mi lectura situada coincide en ciertos puntos con otra mirada hecha a la obra por Rodrigo Arroyo, quien detalla en su artículo, “La nueva perdida: Sobre Centrífuga de Alfonso Grez”, la existencia de un diálogo intenso entre la obra en cuestión y el poemario “Paseo Ahumada” de Enrique Lihn anexando de esta manera la importancia de lo performático: “Y esto se aprecia en los textos de pausas comerciales, vemos que el autor intenta eliminar la fetichización del objeto en el relato, imitando de cierto modo el camino del grupo Fluxus (que podríamos verlo como el heredero directo del surrealismo) al intentar llevar al objeto más allá de los mercados de arte; en este caso, de la publicidad”.
Vale la pena mencionar también que el texto de Grez prioriza de modo urgente y para nada anecdótico la reiterada interacción y complemento de pluriversidades discursivas, más allá de lo exclusivamente lingüístico. Arroyo así también lo deja claro en su lectura: “En este sentido lo que puede permitirse Centrífuga es, como decía anteriormente, prescindir de las palabras porque no está en ellas, por ahora, el sentido de este libro. Me parece interesante la propuesta y el riesgo, establecer un diálogo con Lihn, y especialmente la abertura de Alfonso hacia otros lenguajes ajenos a la poesía, porque en ello él nos dice a contrapelo que todos los lenguajes son los lenguajes de la poesía, porque el sentido de ella no puede restringirse a las palabras”.
Por ello la presencia de Lihn en Centrífuga y el dialogismo, etéreo o no, que Arroyo acusa entre los dos autores se valora más allá de ciertas actitudes o posturas frente a la creación y el lenguaje. La retroalimentación se transparenta y bulle como marco estético en un par de poemas que son de sobra tributarios del creador de “La musiquilla de las pobres esferas”.
Por citar un caso mencionaré el texto de Grez “El mendigo” el cual provee en su imagen de sociedad una vuelta a “Cámara de Tortura” de Lihn ya que en ambos poemas se confronta a través de un marcado antagonismo, a una porción invisible y postergada del universo ciudadano el cual es instrumentalizado dentro de su miseria por el poder y sus maneras de desgarrar cuotas de humanidad.
Grez dice en su poema:
recoge un lente de contacto
se lo pone
lee un diario del basurero
recoge un condón usado
lo utiliza en grande
con su compañera mendiga
después del amor
se fuman dos colillas
se tapan con el diario
al aire libre
sobre un pasto de plazoleta
nupcial
Lihn por su parte poetiza del siguiente modo…
Su tranquilidad es mi muerte por la espalda
Su libertad es mi perpetua
Su paz es la mía siempre y cuando yo goce de ella eternamente y usted de por vida
Su vida real es el fin de mi imaginación cuando me pego una volada
Su mujer es en tal caso mi gatita despanzurrada
Su mondadientes es ahora mi tenedor
Su tenedor es mi cuchara
Su cuchillo es mi tentación de degollarlo cuando me mamo un cogollo
Su policial es el guardián de mi impropiedad
Su ovejero es mi degollador a la puerta de su casa como si yo no fuera una maldita oveja extraviada
Su metralleta es mi novia con la que tiro en sueños
Su casco es el molde en el que vaciaron la cabeza de mi hijo cuando nazca
Su retreta es mi marcha nupcial
Su basural es mi panteón mientras no se lleven los cadáveres.
Asimismo en otro texto titulado “paisajismos” Grez dentro de su crítica visión acerca de la hiper-industrialización de la sociedad también valorable en poemas como “a trazos gruesos, presentamos” o “al este al oeste” nos revela poéticamente la deconstrucción de una metrópolis, de forma más específica un edificio, como si estuviésemos presenciando un rewind de la sobrepoblación y explotación que hemos impuesto al medio y legado a las generaciones venideras.
más impresionante que el grupo de hombrecitos
que levanta el edificio
colocando con cuidado cada ladrillo, cada viga
cada ventana y espátula de cemento
es el grupo que lo desarma –con el mismo cuidado-
sacando cada ladrillo intacto, cada impecable viga
cada espátula fresca de cemento
empezando por los pisos de arriba y terminando
en el sitio eriazo, que pronto es sembrado.
Esa idea de descomposición de lo entendido como real y que Grez acusa de mecánico y tecnócrata coloca, al estilo de Lihn, en tela de juicio nuestra lógica y lo convencional de nuestras estructuras mentales y por qué no, en gran medida a ese lenguaje que nos da forma y mesura, al punto que podemos citar lo que el artífice de “La pieza oscura” declaraba a través de su poesía en relación a la realidad y lo verbal: “Somos las víctimas de una falsa ciencia los practicantes de una superstición: la palabra”. En “paisajismos” Grez expone la noción de des-realización del mundo y el conocimiento que tenemos del mismo en términos afines a los que el desaparecido y destacado poeta nacional de la generación del cincuenta utilizó en su texto Kandinsky 1904.
La relación de unas cosas con otras
iba borrando, poco a poco, las cosas.
Versos sin palabras.
Formas sin figuras.
No bien partía un barco de oro de la orilla
cuando ya no era orilla ni barco ni partía.
En resumidas cuentas Centrífuga manifiesta un carácter plurisignificativo desde su título y a juicio personal va proyectando desde éste, además de las citables referencias y nexos con otros discursos mediáticos y artísticos, tres ideas capitales y heteroglósicas que atraviesan transversalmente el cuerpo o unidad del libro. Estas tres nociones son las que orientan la presente interpretación y que a grandes rasgos se pueden graficar del siguiente modo:
“Centrí-fuga” o también fuga de los centros, del núcleo o eje de la matriz.
Esta noción nos permite pensar en la obra de Grez como una lectura que alude de modo constante a una salida o búsqueda desesperada de alternativas o márgenes que permitan al sujeto, por lo general cristalizado en calidad de dividuo debido a sus relaciones artificiales y de control cortadas por la sociedad contemporánea, escapar de aquellas manifestaciones múltiples del poder y sus correlatos. En definitiva se trata de optar por una periferia frente a la aplastante materialidad y dinámica de los ejes que asfixian a los usuarios, habitantes o hablantes de una gran ciudad, detentadores de un cargo o labor y por qué no, atrapados por su lengua. Como dijera William Burroughs: “El lenguaje es un virus” y todo lo que hemos construido, nominado y sistematizado con él, comparte dicha infección y letalidad.
Clarificador es el texto “punto cero”
Cuando nace un niño
dicen empíricos
los cuerpos llegan perfectamente sellados
insulados, herméticos
se apresuran
a cortar entonces y perforar
para que el mundo entre de una vez
sin contratiempos.
El poema hace referencia a los sustratos y contenidos simbólicos y semánticos que le son insuflados a un ser producto del adiestramiento e inserción social desde la más temprana edad.
La idea de normalidad, los códigos de ética y moral, de rectitud y culpa van desde la óptica de Grez construyendo al reprimido del mañana, relegando una carga y material semiótico al inconsciente, y si vamos más allá podemos extender ésta lectura a una distopía contemporánea que avala la experimentación genética, la construcción artificial de un individuo en base a estereotipos de belleza y éxito con miras a su moldeamiento y encauce en la matriz global. Argumentos de nuestro presente que nada tienen que envidiar a la ciencia ficción.
Esto último se refuerza en los poemas (pausa comercial / multitienda)
Si la ESTRELLA televisiva compra en esa
TIENDA, debe ser entonces ¡BUENA tienda!
pero si la otra ESTRELLA televisiva compra
en otra, cuál mejor. ELIJA SU TIENDA
SEGÚN SEA SU ESTRELLA TELEVISIVA (…)
La ironía de nuestro devenir y la elaboración de discursos sociales emana desde nuestros más inocentes juegos de rol y Grez lo proyecta en (pausa comercial / muñeca)
la muñeca toda de rosa que les enseña a las
niñas, a ser muñecas; muchísimos vestidos,
peinados, autos y toda clase de electrodomésticos
en rosa y el novio casto en rubio perfecto:
muñecas sin genitales, rebosantes de sexualidad (…)
Por último el autor en el texto “lullaby” grafica con simpleza el tránsito de la especie bajo la óptica “nace, come, se reproduce y muere”
gatea niño gatea, a la cuna, a tus cascabeles, al abrazo
elástico de tus padres
al hospital gatea, a la mesa de operaciones niño al hoyo,
donde la carne se pudre.
En síntesis la salida o centri-fuga del sujeto frente a los múltiples núcleos que lo atraviesan y escinden podemos apreciarla en el poema “ya se ha hecho” como un manifiesto, casi como un mantra que invoca siquiera una mínima originalidad o seña de individualidad que se persigue edificar desde un genuino punto cero. Intención que sólo deriva en un gasto de energía inconmensurable, inmenso como el listado hiperbólico al que el autor alude en aquel poema y que recorre desde la masturbación en escena recitando poemas hasta practicarse una cirugía plástica televisada… mera pasión inútil.
voy a hacer una cabeza de sangre, un cuadro de moscas,
voy a partir una vaca en 10 pedazos… ya se ha hecho.
voy a encerrarme con un coyote y que me miren, voy a
seguir a alguien por la calle, voy a disfrazarme de muchas
personas, voy a construir un sol artificial, pero juro,
también se ha hecho.
Centrífuga como analogía del espacio y aglutinación de cuerpos que se producen en una secadora de ropa.
Sin ser antojadizo ya que el mismo autor introduce una variedad de objetos y servicios desde tinturas de pelo, vitaminas C, bancos, servilletas, isapre, café instantáneo y multitiendas, el título y el sentido de la obra en esa relación de materiales, códigos y situaciones en interrelación y mixtura podemos, “desambiguando” como diría wikipedia, asimilarla domésticamente a una centrífuga de ropa o secador eléctrico mademsa. Lo interesante de la imagen que la máquina genera en relación al libro, estriba en considerar un espacio o reducto (las páginas del texto) en el cual se yuxtaponen y movilizan una variedad de cuerpos, en el texto de Grez claro está no se promueve la interacción y establecimiento de vasos comunicantes entre calcetines, camisas, ropa interior, guantes y peluches sino más bien de variados discursos y realidades como por ejemplo se puede evidenciar en la presencia delirante de aquellas re-semantizaciones de los comerciales o spots, en las variadas listas hiperbólicas que acompañan la caracterización del hombre y su quehacer, en la manera que las ciudades van construyendo el paisaje urbano y sus contradicciones, los espacios abiertos y cerrados, los discursos públicos y el encierro. El primer texto del libro “a trazos gruesos, presentamos” nos dice en este sentido:
Un cubo
de aire exhalado
levita exhausto sobre
una montaña de mierda y orina
cáscaras de plátano y envoltorios
electrodomésticos descompuestos
al medio
un hombre apenas visible,
microscópico
responsable.
Dentro de esta mirada al libro vale la pena destacar un par de poemas, “metraje” es uno de ellos. Este texto muestra una edición, un slideshow de momentos y esperanzas en la mente de un hombre que afanado cruza o intenta atravesar la frontera hacia Norteamérica. El pasado, las bases de su fe, de su deseo de superación y la promesa de un sueño, todos aglutinados en una suma que plantea la búsqueda de identidad, de realizarse dentro de la inclusión en determinada geografía.
el momento en que viejas caras se cuelan en el campo de
visión cuando hierve el té en esa habitación pelada sólo
camastro paredes desiertas en quetta o tijuana o juárez
el rezo en dirección a la virgen, la meca, la bendición del
padre, de la anciana sabia, la quema de incienso en humo (…)
esa estrategia de campo arrasado a mano propia para seguir
saltando, una tras otra las vallas divisiones que amasa
el hombre, tal vez el sueño americano o no
Finalmente el cuestionamiento a esta desesperación por sumarse, por ser parte, por aglutinar elementos que den sustento a una identidad, se acrecienta en el poema “que ya no gustan tanto”. Allí Grez nos expone como esa lucha por integrarse y por constituirnos, es otro vago intento, una artificialidad a la cual nos aferramos procurando construir un sol artificial, un ojo y olfato y mente capaz de captar todo, de almacenar toda la información existente y por existir.
de dónde viene eso de acumular libros pienso, de
dónde eso de pasarle imán al registro magnético de
audio análogo, eso de borrar los gritos reordenando
los minifragmentos metalizados en cristal de plata del
fotograma y los líquidos que lo fijan, de dónde digo,
de dónde este acumular de info si la ola de sol
se lo lleva todo en arco de triunfo, en corola de flamas
Una lucha por devorar el Aleph y atragantarse con discos duros. Una imagen tan trivial que se puede sintetizar en una antojadiza papelera de reciclaje de pc en el cual caben La guerra y la paz de Tolstoi con un peso de 1.3 mb, un mp3 de Hocus Pocus de la banda Focus de 5.7 mb y un sample de video porno de cinco minutos que pesa 3.7 mb, por ende perderse en la biblioteca infinita, ser parte de ella y pesarnos o medirnos en la virtualidad del saber y conocer, poseer y anexar… no parece más que un objeto de decoración, un logos muerto y aterido al papel tapiz, al escritorio y protector de pantalla, ornamental, anodino, contemplativo y artificioso, muerto en principio.
dificulta los instrumentos de
navegación, este acumular de libros como si acumulara
vida ajena, sabiduría, pero es obvio, experiencia y logos
permanecen en las páginas, tres tapas estantadas de
libro estancado en estante no avanza vida experiencia
sabiduría, si la ví es claro equivocada, pero tras
la ventana cerrada de la bibliotech, al otro lado y
francamente, no cuaja…
Centrífuga como una pseudo fuerza no aplicable a las leyes de Newton.
Por último Centrífuga en física se relaciona para los profanos o neófitos con el concepto de fuerza pero en realidad para los entendidos en la materia, si revisamos esta mal llamada fuerza a la luz de las leyes de Newton, descubriremos que estamos más bien ante un efecto, pseudo fuerza o fuerza ficticia. Un artificio mal entendido pues como dicen los expertos…
“No es correcto llamarla fuerza puesto que no es el resultado de una interacción. PROPONEMOS usar el término efecto centrífugo de la aceleración centrípeta para designar a lo que sentimos cuando nuestro coche describe una curva. O simplemente efecto centrífugo en lugar de fuerza centrífuga”
Esta mirada de profano aprendiz H.G Wells la satiriza en su obra “La Estrella” del siguiente modo: “El alumno, madrugando para su examen, estaba confundido..."Centrífuga, centrípeta", decía, con su barbilla apoyada en su puño. Parar un planeta en su vuelo, privarlo de su fuerza centrífuga, ¿y luego que ocurre? ¡Le queda su fuerza centrípeta y cae hacia el Sol! Y esto…!”,
Lo expuesto de manera general podemos relacionarlo con los poemas de Grez que muestran lo risible de la ciencia aplicada dentro de un estilo de vida burguesa y coloquial, cómoda y conceptualmente reduccionista manejada a la luz de las insulsas necesidades de un pseudo mamífero con pantalones y sus artificiales caprichos narcisistas. La maravilla de las ondas electromagnéticas al servicio de reventar unos huevos o calentar una pizza elaborada con queso plástico.
Grez en este caso es de sobra cáustico al evidenciar a un hombre atrapado entre sus aparatos y el derroche de las fuerzas de la naturaleza encapsuladas en una pantalla de plasma o botón.
En este sentido el poema “ciencia aplicada” de Grez nos dice:
así con todo
y las raíces de una antena
bajan buscando
la humedad
de un cuerpo que mira televisión.
y en el texto “mi vida en el cubo” remata…
todo el día
ante la más mínima necesidad
si falta salud
oprimo el botón
si quiero dormir
oprimo el botón, la gente de mi vida
muy cerca
oprimiendo sus botones
si quiero olvidar
oprimo el botón.
El resultado de la interacción de estas nociones de fuga, aglutinación y artificialidad que Grez devela a lo largo del poemario trasuntan en una muestra global de lo que el medio impone a sus usuarios, edificando a un hombre y humanidad convertidos en residuos segmentados y empaquetables para su consumo. Meras unidades, pequeños fonemas o morfemas dentro de un sistema que nos ocupa y en el cual nos debatimos chocando unos con otros. En esa medida, en la agonía de ser y estar e interrelacionarnos sin saber si quedarnos o salir, el correlato imposible de ignorar en la actuación y lógica que orienta nuestros vínculos es la violencia en que… A mata a B de un balazo a C y a D cuando E planta bomba a M y a Z y a F que electrocuta a C y D devuelve granada mata L mata B mutua en daga deshace degüella a F y a N y a latigazos lapida a O y a Q y a R (…)
Meras “figuras” que Grez escribe llegando o partiendo incrustadas a una solución… El botón rojo del cual pende nuestra caducidad.
Daniel Rojas Pachas.
Arica - agosto del 2010.
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