En tal medida, los receptores de ésta novela, podemos acceder por medio de la trama y sus estrategias tanto textuales como visuales, a otra mirada del desarrollo cultural de la península itálica, Europa y el occidente de la contemporaneidad; en éste caso, bajo el prisma de un adulto que posee una situación muy peculiar, el personaje protagonista de Eco, Giambattista Bodoni, también denominado "Yambo" sufre un accidente vascular encefálico que le hace perder la memoria episódica, en otras palabras todo recuerdo asociado a sus sentimientos, más no así a un conocimiento semántico que podemos calificar de enciclopédico, de manera que Eco construye una verdadera estrategia semiótica en este ser de ficción, postura que el crítico José García Landa comparte: (…)como estrategia narrativa es ciertamente sugestiva, y está magistralmente llevada por Eco. Claro que inocente del todo no es la estrategia... lo que nos encontramos es un personaje diseñado a medida para ejemplificar algunas de las ideas de Eco sobre el conocimiento enciclopédico, o más exactamente sobre el conocimiento público de
Gracias a Yambo, situado en un presente despersonalizado producto de la perdida de su memoria emocional o episódica, los receptores del mensaje literario, ingresamos a la búsqueda de este hombre por dar sentido a su existencia y proyección a la misma en base a una extensa enciclopedia sin contexto inmediato. Revalorando así, una serie fecunda de productos populares y masivos que descansan como retazos de su pasado, en el abandonado hogar infantil ubicado en una ruinosa residencia en Solara, la que junto a fragmentos de intrahistoria, guarda testimonios del mundo entre ítems vintage y de colección.
Los comics y la imagen privilegiada de Flash Gordon, uno de los universos de ciencia ficción y aventura mayormente aludidos por Eco en su obra, cumplen de éste modo, un papel indispensable al determinar quién fue Bodoni, el protagonista que en términos de Barthes podemos calificar como un yo que: no es un sujeto inocente, anterior al texto, que lo use luego como un objeto por desmontar o un lugar por investir Ese 'yo' que se aproxima al texto es ya una pluralidad de otros textos, de códigos infinitos, o más exactamente perdidos (cuyo origen se pierde)”. (Barthes 1986:6) Por tanto, la voz principal de la novela se nos presenta como un sujeto cruzado por una diversidad de textos en la medida que creció viéndose afectado como tantos otros, por la recepción, íconicidad, rupturismo, censura o utilidad propagandística de estos medios de masas y forma particular de arte; edificando un ideolecto complejo y rico, digno de ser interpretado con detenimiento por la teoría semiótica.
Al realizar un complejo análisis semántico del comic book y su rol en la obra, destaco los tres aspectos de este nivel del signo: el social, dialéctico y simbólico encontrando una serie de relaciones que van desde la revelación infantil ante el totalitarismo e intervención demagógica de Mussolini, (..)si exceptuamos a Gordon. Las reproducciones, sacadas quizá directamente de las publicaciones americanas, sin pagar derechos, estaban mal impresas, a menudo con los trazos confusos, los colores dudosos. Por no hablar de otras páginas, tras la prohibición de las importaciones desde las costas enemigas, cuando el Hombre enmascarado se presentaba con una malla verde, imitado malamente por un dibujante italiano, y con otras señas de identidad (Eco 2005: 267)
Al descubrimiento de la identidad sexual y el erotismo que sufre un pre-adolescente al confrontar el para nada solapado escote y largas piernas de Dale Arden o las novias de turno del Agente secreto X9: No podía decir si ésa era la imagen mas erótica que hubiera visto nunca, pero sin duda (…) era la primera (Eco 2005: 271)(…) Una pierna que asoma de una largo y suave vestido casi transparente y pone de relieve las curvas del cuerpo. Si aquélla había sido una imagen primordial, ¿habría dejado una huella? (Eco 2005: 271)
Asimismo es importante destacar el vaso comunicante que Eco hace entre Flash Gordon,
Para Eco; el territorio textual se presenta como la verdadera realidad y la única posibilidad de equilibrio; esto se aprecia en los pasajes transcritos que muestran a un Bodoni resignado abrazando la escritura de su existencia de forma autónoma y plena: Ya lo sé, me entrego una vez más a mi memoria de papel, pero no pienso en la reina Loana del tebeo, sino en la mía, la que anhelara yo de modos muchos más etéreos, (…) Estoy encarcelado en mi aislamiento caliginoso en este feroz egotismo. Entonces si tal es mi condición, ¿por qué establecer una diferencia entre mamá, Angelo Oso y la reina Loana? Vivo una ontología deshilachada. Tengo la soberana potestad de crear mis propios dioses y mis propias madres. (Eco 2005: 457)
En conclusión, el mundo posible que cada historieta propone, llena de criaturas del espacio, animales antropomorfos, superhombres, magos y megalómanos interplanetarios, lejos de tener un trivial o curioso objetivo como presencia dentro de la trama que Eco estructura, pretende tal como expuse desde un principio, dar a conocer a través de Yambo y su problemática personal, una situación que más bien afecta a toda una generación, la del personaje que en gran medida se condice con la experiencia del autor extratextual o de carne y hueso. Eco, en más de una ocasión, ha revelado su pasión como coleccionista y su afán académico por analizar productos inusuales para el canon; esto sin embargo; no excluye para nada en la mirada proyectiva del creador, a los antecesores y sucesores de tal grupo etario, de manera que todas las variables y percepciones se visualizan, las de aquellos no afectos al comic y los medios de masas directamente, como los nacidos y formados al alero de estos medios de modo irrevocable. Los primeros están caracterizados en el relato por el abuelo del librero, y aparecen justamente reacios a adoptar estos productos como parte de la cultura, otorgan una mirada juiciosa que demoniza el arte visual de los comics otorgándoles el carácter de fuente estupidizante y banal, los segundos por otra parte, corresponden dentro del texto a los nietos del protagonista y extratextualmente a muchos de los eventuales receptores de la novela, lector empírico inmerso y al corriente de estos signos, al punto de adherir a ellos como lo más cotidiano y directo, pues en el devenir, estos diseños narrativos han llegado a ser parte de nuestros referentes formativos, en tal medida, el noveno arte cobra un sentido mítico y existencial dentro del mundo en que vivimos. Esta afirmación, lejos de ser exagerada y arbitraria, es consecuente con la noción que el semiólogo italiano sostiene. Umberto Eco ha intentado en su obra, una definición mucho más amplia que la lingüística; que concibe la historieta como un sistema que constituye un orden secundario, es decir, un sistema parasitario de signos connotativos, que funciona dentro de un primer sistema denotativo: el del habla y la imagen (Baur1978: 23). Desde el punto de vista de la semiótica en cambio, Eco nos provee un concepto más preciso; “la historieta es un producto cultural, ordenado desde arriba y que funciona según toda la mecánica de la persuasión oculta, presuponiendo en el receptor una postura de evasión que estimula de inmediato las veleidades paternalistas de los organizadores (...), así, los comics, en su mayoría, reflejan la implícita pedagogía de un sistema y funcionan como refuerzo de los mitos y valores vigentes”. (Eco 1985:299)
Podemos entonces, entender esta postura frente al comic como una visión que parte bajo la mirada de las teorías de la semiótica para adentrarse en las intenciones político-sociológicas de una cultura, aproximación que nos da pie a indicar la relación directa entre significantes y los valores e ideologías sociales que subyacen en una determinada época; Eco por tanto, nos invita a entender el noveno arte, como una realidad semiótica no desprovista de una intencionalidad cultural y formativa implícita.
En síntesis, la suma de todos los factores revisados demuestra una mirada extensa y persuasiva que Eco nos quiere dar en torno al comic y su importancia formativa y expresiva para el hombre contemporáneo. El mismo creador señala lo siguiente: La necesidad del Comic desde el sigo XX al XXI ha cambiado, importante es mencionar la esencia que estos tenían en
Autor: Daniel Rojas Pachas.
Publicado en: Cinosargo.
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