Y conjugada la palabra como el rito y gracia del cual todos bebemos, un aullido partió mi
[nada…
Y la del resto; cobró un cetro y voz de hierro, conquistando hasta la última carencia,
mi carente totalidad, amada inocente, postergada en cuclillas,
debió reclamar el silencio antiguo, la consuetudinaria razón de olvido, también fulminada
[por el rayo.
Ese opaco martirio y pentecostal obsesión.
Ese rellano compartido, lar de corderos, fagocitando al hombre, ladrón de almas, siervo
[atado a la madera y huérfano de río.
La palabra, su cuna, morfina, incensario, tumba, remanso, DIOS, sentido y anatema.
Y en los canales anfractuosos del gólgota hogar de locos,
no pude abrir la multitud como un mar de carne y huesos,
siendo inundado por la durmiente pasión y sopor castizo.
Desde el gozo entero, gradación urgente y medular desliz, debí reconocer el frío golpe
[violáceo,
humillado placer de convertirme en piedra al fondo del saco,
hundiendo al bebé, anegando el sentido, pobre niño mudo, víctima del Aleph.
Autor: Daniel Rojas Pachas
3 comentarios:
Qué precisas son esas imágenes, lo repito, qué hermosas metáforas...
¡Felicidades! Tu link está entre mis más favoritos.
Vaya, señor, supuse que encontraría algo como esto en tu blog y sin embargo me has sorpendido; seguiré husmeando, si me permites...
Gracias por los comentarios Lina y Rey, ambos están linkeados a mi blog.
Rey, subí tu texto de Bioy Casares a Cinosargo, espero no haya problema,
Saludos
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