
Quiebra el escudo
la imantada imagen.
Atraviesa lo pasmado celular.
El recurrir rumiante de rezos,
esos rezos;
míos no son.
Tuyos, creo que no.
Nos enseñaron a creer,
nos enseñaron a pensar temiendo.
El placer.
La bendita túnica,
cubre nuestro
escaso tiempo.
Aún no logro,
romper el espejo de mis creencias,
descubrir el sol,
cabalgar la tierra.
Ojalá mañana,
no amanezca.
Autor: Daniel Rojas P.
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