Daniel Rojas Pachas (KU Leuven) académico expositor en el Congreso Internacional 50 años de Filología Hispánica de la Universidad Jaguelónica en Cracovia

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Bélgica es una coordenada poco estudiada en la literatura de Roberto Bolaño. Paradójico, pues el país europeo está vinculado a su obra y trayectoria, a través de guiños que atañen a su educación sentimental e incluso a su posicionamiento ético. Desentrañar el vínculo con Bélgica, obliga al destinatario a establecer relaciones hipertextuales entre poemas, relatos y novelas y nos lleva a indagar en sus crónicas y entrevistas. La presente investigación prioriza dos enfoques. Una primera lectura se centra en las principales referencias textuales del affaire literario, se atiende a las publicaciones de la época, Luna Park y las editoriales Transédition y Seghers, además de los movimientos poéticos experimentales que marcaron el devenir de Bolaño como lector en México. Se evidencia la mirada simbólica que otorga a Bélgica, al pensar el país como una alegoría de civilidad y paz. El segundo apartado se enfoca en el anverso del locus amoenus y prioriza la figura de Sophie Podolski, poeta urbana, nacida en Bruselas. La idealización que Bolaño hace de su figura autoral, arte visual y escritura, es la materia prima que le sirve para edificar un itinerario vanguardista y la noción de poesía adolescente. El devenir maldito y delirante de Podolski está ligado al infrarrealismo y a la literatura que escenifica en novelas dedicadas a jóvenes poetas de generaciones perdidas. La vía estoica y el camino del suicida se conectan por un compromiso total con la literatura. El quehacer baudeleriano y rimbaudiano, cara a cara, navegando sin timón por aguas turbulentas. 

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